Reflexiones Ambientales Urbanas:
11 Aedes aegypti y la obsolescencia programada
El problema de las enfermedades trasmitidas por mosquitos urbanos como el Aedes aegypti presenta una
gran complejidad. Hay muchas dimensiones por donde se puede abordar, tales como las culturales (donde la
educación es la más importante), las ambientales y también las económicas. Para este último caso, se analiza
la relación de las enfermedades transmitidas por vectores con el fenómeno generado por las empresas
productoras de bienes. Desde la década del treinta, cuando por un objetivo de lucro económico se decidió
acortar el tiempo de vida útil de los productos manufacturados (la denominada obsolescencia programada),
quedó fuertemente afectada la conservación del medio ambiente. Se generan desde entonces importantes
focos de contaminación del suelo, agua y aire. Los mosquitos no son la excepción porque pueden proliferar
en los residuos sólidos capaces de acumular agua. El exceso de recipientes que acumula agua podría
denominarse como una forma más de “contaminación productora de mosquitos” en las zonas urbanas.
Vehículos, heladeras, lavarropas, cocinas, microondas, televisores, envases plásticos, entre otros objetos,
son desarrollados y manufacturados con mayor eficiencia energética pero con menor vida útil. La regla del
mercado es que con la compra del artículo, se establece su transferencia pero se alerta al comprador sobre
la transferencia de responsabilidad sobre lo que ocurra después con dicho artículo. En muchos casos los
objetos obsoletos son mantenidos sin sentido en algún lugar de la vivienda incluyendo el peridomicilio. Los
objetos capaces de acumular agua en los domicilios constituyen el primer foco de proliferación de
mosquitos. Siguiendo esa misma línea, los municipios tratan de resolver ese problema con el retiro de los
restos domiciliarios para un posterior destino. Si bien existen iniciativas de reciclado, como la minería
urbana, separación, trituración, fundición, re-manufacturación, etc., la promoción de un consumo creciente
va mucho más rápido y los vertederos de productos inservibles están colapsando. Las soluciones al problema
ambiental global deberían ser evaluadas desde el origen, donde las empresas productoras tendrían que
demostrar su responsabilidad social y el Estado estimular estrategias para la recuperación, el reciclado y/o la
transformación de los residuos en otros productos útiles. Por ejemplo, avanzar en la investigación y
desarrollo de envases biodegradables. Los Estados, mediante su legislación, deberían considerar este tipo
de problemas para asegurar un futuro saludable a las próximas generaciones. Es comprensible la necesidad
de generar riquezas y de generar trabajo, pero en la actualidad estos aspectos contrastan fuertemente con
la contaminación ambiental. Además, el problema no es exclusivo de la Argentina. Hoy por hoy, la
transmisión continental de dengue, chikungunya, zika en América y el agregado de fiebre amarilla urbana en
África son señales de que el problema de contaminación urbana capaz de provocar enfermedades
transmitidas por vectores también es global. Todos compartimos el mismo problema. Estas señales
ambientales traducidas en miles de enfermos deberían servirnos para re-pensar el planeta donde queremos
vivir.
Nicolás SchweigmannGrupo de Estudio de Mosquitos Área de Entomología EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET
Marina SteinInstituto de Medicina Regional-UNNE - Resistencia-Chaco
Guillermo FolgueraFacultad de Filosofia y Letras; Fac. Ciencias Exactas y Naturales UBA-CONICET
Gustavo C. RossiCentro de Estudios de Parásitos y Vectores CCT La Plata-CONICET-UNLP
Raquel M. GleiserEcología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba
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