miércoles, 23 de marzo de 2016

Reflexiones ambientales Urbanas: número 28: La Experiencia de Oro Verde (Entre Ríos) Poniendo el conocimiento en acción, aprendiendo a prevenir con la comunidad.

Reflexiones ambientales Urbanas: 


número 28: La Experiencia de Oro Verde (Entre Ríos) Poniendo el conocimiento en acción, aprendiendo a prevenir con la comunidad. 

"Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo."

Empezamos a fines de enero de este año, leyendo una noticia donde se presentaban aspectos vinculados con la biología de los mosquitos y las medidas sanitarias a realizar entre otras cosas. Los entrevistados eran de un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires (1). Ese mismo día les mandamos un e-mail, donde les consultamos sobre la construcción de un sensor de actividad de ovipostura. En la página del grupo pudimos ver que trabajaban desde hace mucho tiempo en el tema (2), y nos preguntamos si contestarían un e-mail en enero. En pocas horas recibimos el primer correo, donde nos enseñaban a confeccionar el sensor y nos motivaban a trabajar en el tema en nuestra localidad. Pero además nos comentaron que una investigadora estaría en un Instituto del CONICET, a unos pocos kilómetros de distancia. En menos de una semana de intercambiar e-mails, conocimos a la Dra. Nora y el becario Nicolás. Ellos nos visitaron un sábado después de recorrer y colocar unas trampas en la ciudad de Diamante. El encuentro fue una mateada entre las 12 y las 14, donde conversamos sobre las ovitrampas, las fumigaciones y el trabajo colaborativo con la comunidad e intersectorial. Para ese momento ya habíamos juntado 20 frascos de mermelada y los habíamos pintado de negro. Con las recomendaciones de Nora y el joven Nicolás aprendimos más sobre el mosquito, sobre las trampas y sobre el trabajo que teníamos que hacer en la comunidad. A los seis días de la visita, colocamos nuestras primeras 20 ovitrampas en la ciudad universitaria de Oro Verde. Contamos con la ayuda de Daniel Romero, un graduado de nuestra facultad que andaba de visita por el pueblo. Caminamos bastante, hacía calor. En la primera casa que golpeamos las manos encontramos a una de las primeras familias del pueblo, quienes nos comenzaron a contar cómo se había modificado el lugar con el crecimiento de la ciudad, detallando los cambios propios con la creciente urbanización. Entre las cosas más conspicuas que habían cambiado estaba el curso del arroyo el “Paracaó”, que ahora tenía algunas partes entubadas. Pero claramente, se habían modificado la cantidad de viviendas, las áreas más agrestes, etc. La experiencia ya era un éxito, pusimos la primera trampa de huevos de mosquito y ya estábamos aprendiendo! Las primeras dudas que surgen cuando uno está en la calle colocando las trampas son ¿Dónde conviene colocarlas? Tratamos de pensar como mosquito, dónde come, dónde busca las proteínas para producir sus huevos, dónde se protege del sol, del exceso de viento y de las elevadas temperaturas, etc. Con la idea de ir mejorando nuestro trabajo, registramos los sitios de colocación con fotografías, con un GPS la posición en el mapa y con planillas la ubicación de las trampas en la ciudad. Cuando le enviamos los reportes, nuestros científicos compañeros de ruta nos mandaron nuevas recomendaciones y sugerencias. Llegó la primera semana y estábamos ansiosos de salir a ver que sucedía en nuestro pueblo ¿Estaría Aedes aegypti en Oro Verde? Salimos con Mauricio desde la facultad, después de una consulta. Se nos había hecho tarde, eran las 10:30 de la mañana y el sol se hacía sentir. Terminamos cerca de la siesta, bastante acalorados, con las tablitas de las ovitrampas. En la segunda semana, el diálogo con los vecinos era bueno pero distante. Hasta ese momento no era habitual ver gente de la facultad visitando patios, era nuestra segunda visita a sus hogares. Muchos decían “por acá no andan los mosquitos como en años anteriores” o “son los mosquitos que se ven en la isla, no los que se ven en la televisión”. Por la tarde nos prestaron una lupa en un laboratorio y pudimos observar mejor y registrar las primeras fotos de los huevos. A nosotros nos parecía que habíamos respondido la pregunta: en Oro Verde, estaba el Aedes aegypti! A la noche nos llegó la confirmación vía e-mail, las fotografías enviadas se correspondían con trampas positivas. Durante la tercera semana ya éramos tres en el equipo, se sumó Maximiliano, estudiante de Bioinformática que había cursado el Seminario de Políticas de Salud el año pasado y que le interesan los modelos matemáticos que describen enfermedades como el dengue. El grupo crecía y había más personas aportando ideas, esfuerzo y energía. Habíamos contagiado nuestro interés y también nuestro entusiasmo. En esa semana tuvimos varias lluvias en el pueblo. En la visita a los domicilios no sólo había huevos de Aedes aegypti, sino también estaban las movedizas larvas. El hallazgo permitió conversar con los vecinos desde otra posición. El mosquito había dejado de ser una figura en un folleto, una imagen en el televisor para pasar a ser un ser vivo en un frasco en el patio de su casa. Y otra vez aparecieron nuevos desafíos ¿Qué decimos para no generar un nivel de alarma que lleve al pánico que inmoviliza al vecino? ¿Cómo motivamos acciones preventivas, acciones colaborativas comunitarias con los vecinos? Esto generó un debate en el equipo, hay que transmitir lo que se observa sin minimizar ni ocultar lo que pasa, proponiendo acciones como ayudar a buscar otros reservorios donde se reproducen y crían los mosquitos. Esto nos condujo a recorrer algunos patios y jardines con los vecinos. Para la cuarta semana, mientras preparábamos las planillas en la oficina pasó Exequiel, un estudiante de Bioingeniería que cursó la Asignatura Organización de los Sistemas de Salud hace dos años. Esa tarde nos acompañó a colocar diez trampas más llegando a nuevos vecinos. Para la construcción de las mismas contamos con el aporte de frascos que nos arrimó Javier del Programa de Municipio Saludable. Sumábamos más gente al grupo! Además colaboraban en las tareas y en los insumos, que en este caso eran elementos reciclados (frascos de mermelada). La relación con los vecinos fue cambiando. Ahora se acercan a ver las maderitas de las trampas, preguntan y ayudan al equipo, algunos ya identifican la presencia o ausencia de huevos y larvas (utilizamos un frasco traslúcido para la observación del agua que permaneció en la trampa). En la última recorrida un vecino bromeó: “tenemos cubiertas, ¿nos van a mandar al frente con el municipio?” Y agregó “miren que ya estuvimos limpiando el patio”. Otro nos preguntó: “¿qué van a hacer con los datos? ¿Para qué sirven? Entendemos que el conocer el vector, saber que está presente, cambia las condiciones de la comunidad para enfrentar el problema, favoreciendo la recepción de mensajes vinculados con la prevención. Por otro lado, ya comenzamos a pensar y proponer la constitución de un comité de prevención del dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos domiciliarios, donde podamos sumar voluntarios y otras organizaciones de la comunidad (escuelas, centro de salud, facultades, municipio, centro de jubilados) para abordar el problema. También nos reunimos con el intendente. Le mostramos las ovitrampas, larvas, pupas y los ejemplares adultos de Aedes aegypti que fuimos recolectando. Conversamos sobre la efectividad de las intervenciones como la pulverizaciónfumigación, las de prevención y promoción de prácticas adecuadas en la comunidad, quedando en seguir trabajando intersectorialmente. Hasta el momento y gracias a la colaboración de los investigadores del GEM y del CICyTTP-CONICET Diamante, pudimos desarrollar acciones vinculadas con la salud pública basadas en evidencia científica, con muy buenos resultados con los vecinos haciéndolos parte del problema a resolver. Tenemos buenas perspectivas de trabajo en el futuro inmediato, siguiendo los lineamientos propuestos para la participación social en el abordaje del dengue en la comunidad (3). Pudimos avanzar en la integración de actividades de extensión e investigación universitaria en el abordaje de los problemas concretos de la comunidad, generando un espacio de formación integral para nuestros estudiantes. Como dijo Nora, “nos queda un largo camino por recorrer”, que seguramente promete nuevos aprendizajes y emociones.

(1). Dengue: apuntar a las larvas, el secreto para combatir al enemigo que vive en casa.(22/01/2016) www.clarin.com/buena-vida/salud/Dengue-apuntar-secreto-combatirenemigo_0_1508249468.html

(2). Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/index.html

(3). Participación Social en la prevención del dengue: Guía para el promotor. Publicación de UNICEF Argentina, 81 pp. Cufino E., Ravalli M.J.; Cuyul A., Waynstock L., Schweigmann N. (con colaboración de Fischer S.) y Chapman E. 2009. http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/MANUAL_DENGUE_A5-FINAL_corregido.pdf


Cátedra Salud Pública - Fac. Ingenieria (UNER) Proyecto Mosquito 
Mauricio Tanus Mafud;  Maximiliano Fernández;   Exequiel Porte;  Francisco Moyano Casco;  Lic. Gretel Ramirez;  Mg. Bioing. Fernando Sassetti


Programa Municipio y comunidades Saludables de Oro Verde (ER)
Javier Fernández

Reflexiones ambientales Urbanas: número 43: ¡A desarmar la Pelopincho ®!!

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 43: ¡A desarmar la Pelopincho ®!! 

Estamos en semana Santa del 2016. Muchas piletas de lona todavía están armadas pero ya no se usan. Comenzaron las clases y ya no hay tiempo para aprovecharlas. Algunas están casi vacías, otras todavía llenas. Si los humanos no las usamos serán aprovechadas por varias especies de mosquitos. Si no se desarman, serán criaderos de mosquitos durante la mayor parte del año, y nos llamará la atención que hasta en invierno sentiremos la molestia de mosquitos en nuestras viviendas. Ya se ha comprobado que estas piletas y las de material sirven como criaderos de mosquitos durante todo el año: ( http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/Fischer%20&%20Schweigmann%202010.pdf ). Si las dejamos con poca agua, estaremos favoreciendo la colonización del Aedes aegypti. Si se vacían sin guardarlas, acumularán agua de lluvia en pliegues, rincones, o en la base. Esa escasa cantidad de agua es atractiva para que las hembras depositen allí sus huevos. Si se vacían, y se desarman, y quedan semi-plegadas a la intemperie, pueden juntar suficiente agua de lluvia como para formar un excelente criadero de Aedes aegypti u de otras especies de mosquitos. Como Aedes aegypti deposita sus huevos sobre paredes, se corre el riesgo que queden pegados en la parte de la lona cercana donde hay agua. Los huevos pueden resistir toda la temporada invernal y eclosionar en el primer llenado durante la primavera o verano siguiente. Antes de guardar se debe cepillar, enjuagar bien y secar con un material absorbente (papel o trapo seco). Lo recomendable es que se guarde en un lugar seguro, seco y que no pueda acumular agua hasta el periodo estival siguiente.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi Centro de Estudios de Parásitos y Vectores CCT La Plata-CONICET-UNLP Med.

Mirta Mierez Docente Área Parasitologia Facultad de Medicina- UNNE Corrientes

Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Corina Beron Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata

Reflexiones ambientales Urbanas: número 42: La forma más común del dengue

Reflexiones ambientales Urbanas:

número 42:  La forma más común del dengue

¿Por qué continúan las epidemias de dengue a pesar de las acciones de bloqueo? ¿Cuales son los síntomas más probables de un enfermo de dengue? De la misma manera que la introducción de una persona virémica en un ámbito urbano donde se reproduce el mosquito Aedes aegypti no garantiza que ha de producirse un brote en el lugar, no todo brote o foco epidémico ha de transformarse en epidemia. La dinámica propia de las epidemias es estocástica o azarosa. Esa estocasticidad está dada por imponderables como también por lo que se denomina estocasticidad intrínseca, es decir irreducible e inevitable, propia del fenómeno. Nuestra cultura (incluida la ciencia) está muy poco preparada para pensar en ella. Tendemos entonces a pedir y preguntar por imposibles. Por ejemplo ¿cuáles son los síntomas del dengue? MedlinePlus dependiente de la Biblioteca Nacional de Medicina USA nos ofrece la respuesta que buscamos:

La fiebre del dengue se inicia con una fiebre alta y repentina, a
menudo de 40 a 40.5° C (104 a 105° Fahrenheit), de 4 a 7 días
después de la infección.
De 2 a 5 días después de que la fiebre comienza, puede aparecer
una erupción plana y roja sobre casi todo el cuerpo. Posteriormente
en la enfermedad, se presenta una segunda erupción parecida al
sarampión. Las personas infectadas pueden experimentar una
mayor sensibilidad en la piel y sentir mucha molestia.
Otros síntomas abarcan
. Fatiga
. Dolor de cabeza (especialmente detrás de los ojos)
. Dolores articulares
. Dolores musculares
. Náuseas
. Inflamación de los ganglios linfáticos
. Vómitos 
. Tos
. Dolor de garganta
. Congestión nasal

Pero si esta lista satisface a nuestras necesidades de información y a nuestras expectativas (juicios previos o prejuicios) tiene el problema de ser en buena medida incorrecta (lo “tachado” no es parte del cuadro clínico del dengue). La Organización Panamericana de la Salud se acerca un poco más a la verdad al distinguir entre dengue sin alarma (síndrome febril inespecífico), dengue con signos de alarma (El paciente puede presentar: dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, hepatomegalia y aumento progresivo del hematocrito) y finalmente el dengue grave. Desde el punto de vista de la práctica médica esta clasificación parece tener más sentido, pero desde el punto de vista epidemiológico falta en ella la categoría más probable: dengue asintomático. Un artículo reciente (2015) nos explica la relevancia del dengue asintomático: tres de cada cuatro casos de dengue son de este tipo, se trata de personas que presentan un malestar menor que el producido por el "dengue sin signos de alarma" (o bien ningún malestar) pero que de igual manera reproducen el virus en sus cuerpos y lo transmiten a los mosquitos. Desde una mirada individualista estas personas no están enfermas, desde el punto de vista de la salud pública estas personas son parte de un proceso epidémico. Estos casos no llegan a las estadísticas, como no llegan tampoco muchos casos de dengue sin signos de alarma, que por asemejarse a otras enfermedades (es tan común escuchar "me siento como si me fuera a engripar") no llegan a la consulta médica y sumado a estos, todas las dificultades e ineficiencias del sistema de notificación. Algunas estimaciones hablan de un caso notificado por cada 10 casos de dengue. Los procedimientos de bloqueo suelen llegar con marcada demora (semanas) reduciendo así la eficiencia de las ya ineficientes fumigaciones, y las tardías descacharrizaciones que ayudan a dispersar a los vectores portadores del dengue contribuyen también con su parte. Las acciones de bloqueo se deben realizar, pero debemos ser conscientes de que solo una grandísima dosis de suerte nos permitiría contener la epidemia con ellas. Solemos detectar la marcha silenciosa de la epidemia cuando una manzana infestada de mosquitos "se prende fuego" tal como lo describen las notas periodísticas ya citadas en Del patio limpio a la manzana saludable pero el dengue llego a estas manzanas circulando silenciosamente por muchas otras previamente. Es por eso que: ¡¡¡ no hay alternativa a la prevención!!!. Cuando en un problema dominado por la incerteza actuamos como si tuviéramos certeza, el fracaso parece poco menos que inevitable.

Hernán G Solari Dinámica de Sistemas Complejos FCENUBA e IFIBA-CONICET
Tomás Orduna Director del Servicio de Medicina del Viajero Hospital Muñiz
Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Reflexiones ambientales Urbanas: número 41: Vigilancia Epidemiológica.

Reflexiones ambientales Urbanas:

número 41: Vigilancia Epidemiológica. 

Seguimiento de criaderos de mosquitos de interés sanitario, en la zona de afectación de la represa de Yacyretá. Desde el año 1993 hemos estado trabajando en la investigación sobre mosquitos en la zona de afectación de Yacyretá. Los equipos de investigadores corresponden a la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, el Centro de Investigaciones Entomológicas radicado en el Parque Tecnológico Misiones, y colaboran como laboratorio de referencia, participando como auditores técnicos, integrantes del CEPAVE, CCT La Plata, Conicet y de la División Entomología del Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. De la misma manera, en Paraguay el SENEPA (Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo), ejecuta las mismas tareas. Desde un inicio tuvimos como objetivos: conocer la fauna de mosquitos del área, ubicar los criaderos de los mismos para posteriormente caracterizarlos en las zonas de la costa del Río Paraná y los arroyos urbanos, en ambas márgenes del río. Además, determinar qué factores son limitantes para el crecimiento de larvas de mosquitos (por ejemplo especies de peces predadores, insectos y calidad ambiental medidos por pH, conductividad, oxígeno disuelto, entre otros, para cada tipo de criadero). Como estrategia metodológica se colectan larvas y se procede a la captura de adultos empleando trampas. En el laboratorio los mosquitos son identificados y pasan a formar parte de la colección científica del CIE. A lo largo de estos años las condiciones climáticas fueron extremadamente variables, lo que permitió la observación de las dinámicas poblacionales en una importante variedad de situaciones ambientales. Con todo ello nos hemos dedicado a la caracterización de los escenarios posibles de ser encontrados como criaderos de mosquitos, con énfasis en las especies de importancia sanitaria. Se pudo observar y registrar la dinámica de los criaderos de mosquitos, desde el momento de su aparición como criaderos hasta un grado de sucesión muy avanzado. Los cambios significativos en las costas del Río Paraná y las desembocaduras de los arroyos urbanos producto de las obras del plan de tratamiento costero han modificado los escenarios, pasando de una situación con importantes criaderos a prácticamente la desaparición de los mismos. Una de las principales variables que favorece esta situación es la pronunciada pendiente en la zona litoral, que sumado a la correntada del Río Paraná impide el desarrollo de vegetación de costa en esta zona (las larvas se encuentran en los puntos con vegetación, siempre que la densidad de la misma no impida que la luz llegue al cuerpo de agua) sin dejar de mencionar la importante presencia de mojarras en toda la zona de costa, lo que constituyen sin duda alguna un aporte importante al control biológico natural de las larvas de mosquitos junto a otros insectos que viven entre la vegetación. Se han realizado muestreos en estas zonas a fin de validar la hipótesis de la ausencia de criaderos en zonas sin vegetación asociada, confirmando la misma. Actualmente las zonas de conflicto evidenciadas en los primeros años de trabajo han desaparecido. En las desembocaduras de los arroyos urbanos y hacia las nacientes de los mismos, la vegetación flotante y arraigada se ha desarrollado en algunos casos de manera significativa, generalmente debido a los vertidos orgánicos de origen antrópico. Allí es importante el número de organismos controladores que se observan durante los muestreos, en especial una gran entomofauna asociada, donde predominan tricópteros (frigáneas/caddis), ditíscidos (coleópteros/cascarudos acuáticos), fásmidos (bichos palo), belostomátidos (chinches de agua), dípteros (moscas) y odonatos (libélulas), además de un número importante de aves acuáticas, peces y anfibios. Entre las conclusiones que podemos extraer del trabajo realizado en el proyecto, pueden citarse: -Se ha proporcionado información útil para la toma de decisiones respecto a la vigilancia ecoepidemiológica de la región. -Se ha trabajado específicamente en la construcción de modelos de predicción de la aparición de criaderos de mosquitos de importancia sanitaria, y este conocimiento se ha volcado al diseño de la planificación de obras de tratamiento costero, en la zona de afectación de la represa. -Las zonas con tratamiento costero han demostrado ser eficientes a la hora de evitar el arraigo de la vegetación acuática, tanto flotante como arraigada y semiarraigada, evitando de esta manera la formación de potenciales criaderos de larvas de culícidos. -Se ha podido construir un modelo basado en una serie de 5 grados sucesionales. Estos reflejan las posibles situaciones que se esperan encontrar en ambientes lóticos y lénticos de la región. Este modelo permite caracterizar el ambiente, determinar su potencial como criadero y predecir la posibilidad de encontrar mosquitos de importancia sanitaria en estos espacios. -Los cuerpos de agua que denominamos “charcas” presentan un lento proceso de “maduración”, consistente en el poblamiento por diversas especies de plantas, microorganismos, insectos, peces, anfibios, moluscos y otros. -En la caracterización de los criaderos es determinante precisar el grado de sucesión del cuerpo de agua, el que está correlacionado positivamente con la mayor presencia de especies de mosquitos y el aumento de las densidades poblacionales de estas especies. -La riqueza a nivel de la biodiversidad establecida es un buen indicador del grado de sucesión alcanzado. Las asociaciones entre las especies de mosquitos y los demás organismos presentes en las comunidades estudiadas constituyen un adecuado marco referencial para la comprensión de la dinámica de los ecosistemas observados. -Estos escenarios que se plantean pueden aplicarse al reconocimiento de áreas de conflicto sobre otros arroyos o ríos de la provincia, facilitando la detección de criaderos y por ende contribuyendo a la vigilancia epidemiológica de la región. -Es importante avanzar en el estudio de los controladores naturales de las larvas de culícidos, en particular odonatos, coleópteros, belostomátidos, peces y hongos entomopatógenos, ya que por su presencia y abundancia se perfilan como agentes principales a la hora de realizar el control de las poblaciones de larvas de insectos de importancia sanitaria, en los cuerpos de agua estudiados. -Hemos iniciado durante los últimos años de trabajo, investigaciones que buscarán determinar las especies de hongos patógenos presentes, así como el potencial de los mismos para el control de los mosquitos. -Actualmente no se presentan puntos que se pudieran considerar buenos criaderos, fundamentalmente por la ausencia de vegetación o bien por la ausencia de espacios libres entre la vegetación flotante y arraigada, así como por la gran cantidad de controladores naturales, sumada a la escasa presencia de mosquitos adultos. -En el curso de los arroyos urbanos, las zonas que atraviesan el casco urbano y que no se han entubado, presentan como mayor inconveniente la falta de conciencia de parte de la población respecto al cuidado de estos cursos de agua. Esto se evidencia principalmente al recorrer los cauces y observar los desperdicios que se arrojan en ellos. La toma de conciencia de parte de la población es un reto para el futuro; para ello se deberá continuar trabajando principalmente en acciones de educación ambiental que fortalezcan acuerdos de cuidado y protección de las cuencas hídricas urbanas. -La calidad del agua de los arroyos se ve muy afectada por aguas residuales urbanas. De hecho la concentración de los contaminantes de origen antrópico y fecal son tan altos que hacen prioritario, desde el punto de vista higiénico-sanitario, el saneamiento de sus cuencas alimentadoras, como así también la depuración de los afluentes de tipo urbanos e industriales. -Las descargas cloacales provenientes de los barrios llevan estos líquidos al curso de los arroyos y aportan una carga considerable de nutrientes que contribuye con el desarrollo de la vegetación que se observa en el lugar. De esta manera, se da lugar a un proceso de eutrofización de un amplio sector del cuerpo de agua y la proliferación de distintos géneros de mosquitos de importancia sanitaria, principalmente de los géneros Anopheles, Mansonia, Psorophora y Culex. (Obviamente esto no es un problema de la represa, sino de planificación urbana). -Durante los años de muestreo nunca se han encontrado larvas de Aedes aegypti en las zonas muestreadas. Esto era de esperar, ya que se trata de una especie cuyos criaderos se localizan preferentemente en los patios de las casas. -El cauce de los arroyos urbanos donde se ha tomado la decisión de conservar y proteger el ambiente natural, debe ser monitoreado de manera constante a fin de evaluar las poblaciones presentes de importancia sanitaria, sus densidades y dinámicas poblacionales. En estos ecosistemas son de suma importancia las interacciones ecológicas que se visualizan a la hora de, por ejemplo, mantener la calidad del agua del cuerpo en cuestión, la estructura de las comunidades y la densidad de las especies presentes, especialmente de las de importancia sanitaria. Por ello deberían apoyarse todas aquellas acciones tendientes a alcanzar cierto grado de equilibrio dinámico en las poblaciones presentes y no fomentar el uso de químicos que puedan alterar este principio de autorregulación del sistema. -En las zonas con tratamiento costero, (márgenes del Río Paraná sobre la ciudad de Posadas, Costanera y accesos a la ciudad), no se presentan criaderos de mosquitos, ni las condiciones para que los mismos se desarrollen a futuro. Ello representa un logro del plan de manejo, producto del trabajo multidisciplinario de los distintos actores.

Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”:

 Leonardo Horacio Walantus Centro de Investigaciones Entomológicas Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales Universidad Nacional de Misiones
Gustavo R. Spinelli División Entomología, Museo de La Plata Universidad Nacional de La Plata Gustavo C. Rossi Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, CCT La Plata-CONICET Universidad Nacional de La Plata Convenio EBY-UNaM

Reflexiones ambientales Urbanas: número 40: La prevención no debe basarse en “que puedo poner”, sino en “que puedo hacer”.

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 40:  La prevención no debe basarse en “que puedo poner”, sino en “que puedo hacer”.

La epidemia de dengue de 2016 en la Argentina es el resultado de un desorden ambiental que favorece la proliferación del mosquito Aedes aegypti en el entorno urbano. La presencia de recipientes que utilizamos para diversas cosas y basura capaz de acumular agua, genera contaminación ya que se favorece la formación de criaderos en nuestras ciudades poniendo en riesgo la salud de los habitantes. El diagnóstico de situación en ambientes públicos (ejemplificado en las Reflexiones Ambientales Urbanas anteriores, 07 Aedes aegypti en el poder Judicial y 10 Aedes aegypti en las Cubiertas de Vehículos), o en privados (34 Del patio limpio a la Manzana Saludable - Un Cambio necesario) es muy claro. Desde hace más de 20 años que la presencia del mosquito implica un riesgo sobre la salud, sin embargo la falta de un conocimiento acabado sobre el problema lleva a falsas soluciones preventivas (sapos, murciélagos, crotallarias, insecticidas, etc.). En la carta de lectores del diario Tribuno http://www.eltribuno.info/carta-lectores/2016/03/11, retransmitida como carta de lectores en la Nación el 23 marzo de 2016 se llama a usar masivamente un insecticida ambientalmente peligroso y prohibido por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EEUU) desde 1972. Pero este patrón de pensamiento también se encuentra en funcionarios destacados en temas de Salud pero que no manejan los conceptos actualizados y básicos de entomología y participación social: http://www.lanacion.com.ar/1879718- la-prevencion-fundamental-ante-el-dengue Las larvitrampas han quedado en desuso por ser peligrosas. Pueden convertirse muy fácilmente en criaderos de Aedes aegypti. Por otro lado, durante el invierno las poblaciones de Aedes aegypti están representadas predominantemente como huevos, por lo cual los larvicidas no sirven (no matan huevos). Fumigar como prevención significa aplicar en forma regular y frecuente productos químicos que constituyen un contaminante más para el ambiente. Estos productos emitidos al ambiente afectan también a los humanos, a las mascotas y a la fauna de una ciudad, incluso especies beneficiosas como polinizadores o los depredadoras naturales de mosquitos. La estrategia reproductiva de Aedes aegypti es generar enormes excedentes de huevos y esa reserva suele activarse en ausencia de adultos (cuando se fumiga), compensando la situación original. La fumigación preventiva no es sustentable, porque mientras haya criaderos el problema va a continuar. Hoy se eliminan los adultos, en unos días habrá nuevamente adultos producto de los criaderos existentes, se vuelve a fumigar y como los criaderos siguen existiendo se generarán nuevos adultos. Entonces, los funcionarios encargados de la prevención deben dar mensajes claros a la sociedad. La experiencia de la actual epidemia debe servirnos para generar cambios profundos de ordenamiento ambiental en las zonas urbanizadas. El estado como gobierno debe dar el ejemplo de orden y limpieza que impida la formación de criaderos en los entornos de edificios públicos (hospitales, escuelas, etc.), chatarra incautada, control sobre el comercio, etc. y la sociedad toda debe participar en un acompañamiento que permita generar manzanas saludables.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET Gustavo C. Rossi Centro de Estudios de Parásitos y Vectores CCT La Plata-CONICET-UNLP
Raquel M. Gleiser Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba
Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET
Hernán G Solari Dinámica de sistemas complejos Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET
Corina Beron Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata
Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 39: Aedes aegypti, la estrategia de repartir los huevos entre distintas canastas


 Las hembras del mosquito común (Culex pipiens) suele posarse sobre la superficie del agua y poner la totalidad de sus huevos (100 – 150) pegados entre sí, formando una estructura que flota sobre el agua (balsa). Una hembra de Aedes aegypti suele poner un número muy variable de huevos (dependiendo de los trabajos, entre una decena y algo más de una centena), colocados de forma individual sobre las paredes de los recipientes y por encima del nivel de agua.




El gráfico refleja el comportamiento de puesta de huevos de Aedes aegypti en 23 sensores (de un total de 30 ovitrampas) que resultaron positivos en una semana de estudio. (Ver Reflexión 28 La Experiencia de Oro Verde - Entre Ríos). Como se trata de una experiencia en campo es imposible saber cuántas hembras aportaron huevos en cada ovitrampa. El patrón es similar al que se ve en muchos trabajos. Más de la mitad de los sensores (12) resultaron con muy pocos huevos respecto a muy pocas ovitrampas que presentaron muchos huevos. Esta observación es compatible con un mecanismo adaptativo (una estrategia reproductiva) donde la hembra reparte su descendencia en distintos recipientes que podrían no ser muy “seguros” para la especie. Desde el punto de vista de un mosquito que vive en ambientes urbanos, su adaptación a usar recipientes domésticos y repartir los huevos implica un riesgo a sufrir procesos catastróficos (de origen natural o artificial). Por ejemplo, si algunos recipientes quedarán al sol, el efecto de la temperatura provocará huevos cocidos o duros. Si el recipiente es dado vuelta y los huevos quedaran pegados en las paredes, por falta de agua esa cohorte no podrá eclosionar hasta una mejor oportunidad. Si los huevos llegaran a eclosionar y todo el contenido es arrojado al suelo seco, las larvas perecerán. Si pasan desapercibidos para los humanos su éxito sería rotundo. Si los habitantes de las viviendas realizaran mínimas medidas de prevención puede ocurrir que una pequeña proporción de la descendencia sobreviva en otro recipiente que no se tuvo en cuenta. Este razonamiento vale también para los lugares donde no tienen efecto los métodos químicos de control. Los criaderos que llegan a ser exitosos para la especie (ya usados) quedarán marcados con olor a larva (hormonas o señales químicas) y atraerán a otras hembras para que aprovechen esos lugares “más seguros”. De esa forma se puede explicar las dificultades mencionadas en otras reflexiones para hallar todos los criaderos presentes en una vivienda (O8. Un hogar para mis mosquitos o de cómo criaba mosquitos en casa sin saberlo, 03 Lugares de cría poco comunes de Aedes aegypti). Las ovitrampas son muy sensibles para detectar la presencia de Aedes aegypti en la manzana (27 Tecnología de punta - en un sensor de presencia de Aedes aegypti) y es por ello que la eliminación total de los criaderos se puede “validar con la experiencia de lo comprobado y ya no sobre la abstracción” http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/153428-la-uner-investiga-el-aedesaegypti-para-prevenir-sobre-datos-constatados.htm Las acciones de eliminación de criaderos constituyen un excelente control de natalidad sobre las poblaciones de Aedes aegypti, sin embargo la detección temprana de la presencia de actividad (mediante estos sensores) puede favorecer la acción preventiva y solidaria entre vecinos para buscar los criaderos más difíciles y de esa manera llegar a convivir en Manzanas Saludables. El uso de los sensores implica haber adquirido conocimientos básicos sobre el vector y además asumir una responsabilidad ambiental de forma tal que la herramienta no se transforme en otro criadero más. Trabajo responsable: Esta herramienta de monitoreo no debe quedar expuesta más de una semana cada vez, para evitar que se convierta en otro criadero. Cuando no se utilice más, debe ser lavada con cepillo y agua hirviendo, guardada bajo techo y boca abajo para que no pueda acumular agua, o bien descartada.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET Elena Beatriz Oscherov Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos) FaCENA, UNNE Corrientes Raquel M. Gleiser Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba
Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET
Hernán G Solari Dinámica de sistemas complejos Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET
Edgardo R. Marcos, Veterinaria en Salud Pública Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA

martes, 15 de marzo de 2016

Reflexiones ambientales Urbanas: número 38: Aedes aegypti, el dengue, los mensajes desacertados y las falsas alarmas

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 38: Aedes aegypti, el dengue, los mensajes desacertados y las falsas alarmas 

Aedes aegypti volvió a ingresar a la argentina a mediados de la década de los ´80 y en menos de una década ya se encontraba en la mayoría de los barrios del oeste y sur de Buenos Aires. En el verano de 1997 se produjo un pequeño brote en Orán, Salta. Al año siguiente, se inició otro brote mucho más significativo. Ocurrió a lo largo de la ruta 34, con epicentro en Tartagal (Salta), desde Salvador Mazza (Salta) hasta Tucumán. Fue tan importante que el Ministerio de Salud de la Nación emitió el primer comunicado de prensa sobre dengue en la historia Argentina y en octubre de 1998 se lanzó el primer spot televisivo con intenciones de transmitir las medidas de prevención. El texto fue supervisado por biólogos de las universidades de Córdoba y Buenos Aires, estaba perfecto. Pero un diseñador gráfico, quizás con buenas intenciones, modificó el inicio del spot donde puso cinco palabras “dengue” que se movían como alas de un insecto. Luego de ello una enumeración de los síntomas de la enfermedad y las medidas más adecuadas de prevención. Quienes salimos al campo para relevar el estado de situación en las viviendas percibimos que la población estaba muy asustada: había interpretado que en ese entonces la palabra rara (dengue) era un mosquito que podía matar con sus picaduras. Al año siguiente, como no había muerto nadie, se pudo percibir una interpretación social de que se había tratado de una “falsa alarma generada por la política del gobierno de ese entonces”, “el mosquito dengue no mata”. Incluso se nos dificultó lograr explicar a los profesionales de la comunicación que había que separar los conceptos relacionados con el mosquito de la enfermedad (el dengue no es un mosquito). Los problemas conceptuales continuaron ocurrieron incluyendo a las máximas autoridades de salud de gobiernos siguientes. Continuó con una epidemia más generalizada iniciada tardíamente en 2009, eran tiempos de sequía, con epicentros en Charata (Chaco), la ciudad de Catamarca (rodeada por un desierto) y Buenos Aires en medio del humo producido por la quema de pastizales (para esa época) en las islas del sur Entrerriano. Para ese entonces, el efecto mediático de la epidemia ayudó a diferenciar al mosquito de la enfermedad. Pero todavía seguían los falsos conceptos sobre los lugares de cría (charcos, zanjas, lagunas, etc.) y el falso concepto sobre las fumigaciones como medidas preventivas. El tercer aviso, se dio a fines del 2015 con el inicio de una nueva epidemia, cargada ahora en marzo del 2016 con un coctel de tres virus distintos. El mensaje es algo más claro, ya se puede hablar de Aedes aegypti, aunque los medios de comunicación siguen confundiendo a la sociedad con las fumigaciones. Entonces la población lo exige y los funcionarios pretenden calmar los reclamos y conceden sus pedidos. Sin embargo deberían darse cuenta que frente un agravamiento de la situación epidemiológica los mensajes confusos pueden jugar en contra de su imagen. El esfuerzo debería apuntar a generar condiciones de hospitales seguros, escuelas seguras (con entornos libres de criaderos), resolver los basurales a cielo abierto o cementerios de chatarra en proximidades de población. Sumado al nerviosismo, se inventan audios con mensajes caóticos transmitidos por celulares donde mienten una situación de desborde en un hospital, generan alarma extrema del que solo beneficia al comercio de productos repelentes. Habrá que evaluar si el efecto de las falsas alarmas en realidad provocan efectos inesperados que desvían la atención contra las verdaderas medidas de prevención: eliminar y evitar la formación de criaderos en las viviendas de las manzanas de las zonas urbanas. ¿Tendremos que esperar nuevas epidemias de mayor impacto para darnos cuenta que los de problemas ambientales que afectan a nuestra salud solo se resuelven con un verdadero ordenamiento ambiental?

Nora Burroni y Nicolás Schweigmann: Grupo de Estudio de Mosquitos. EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Elena Beatriz Oscherov:   Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos). FaCENA, UNNE Corrientes

Leonardo Horacio Walantus: Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”  Centro de Investigaciones Entomológicas Parque Tecnológico Misiones

Gustavo C. Rossi: Centro de Estudios de Parásitos y Vectores   CCT La Plata-CONICET-UNLP


Edgardo R. Marcos:Veterinaria en Salud Pública.  Facultad de Ciencias Veterinarias, .UBA


Raquel M. Gleiser .  Ecología de Artrópodos. CREAN-IMBIV  CONICET-UNC – Córdoba