miércoles, 23 de marzo de 2016

Reflexiones ambientales Urbanas: número 28: La Experiencia de Oro Verde (Entre Ríos) Poniendo el conocimiento en acción, aprendiendo a prevenir con la comunidad.

Reflexiones ambientales Urbanas: 


número 28: La Experiencia de Oro Verde (Entre Ríos) Poniendo el conocimiento en acción, aprendiendo a prevenir con la comunidad. 

"Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo."

Empezamos a fines de enero de este año, leyendo una noticia donde se presentaban aspectos vinculados con la biología de los mosquitos y las medidas sanitarias a realizar entre otras cosas. Los entrevistados eran de un grupo de investigación de la Universidad de Buenos Aires (1). Ese mismo día les mandamos un e-mail, donde les consultamos sobre la construcción de un sensor de actividad de ovipostura. En la página del grupo pudimos ver que trabajaban desde hace mucho tiempo en el tema (2), y nos preguntamos si contestarían un e-mail en enero. En pocas horas recibimos el primer correo, donde nos enseñaban a confeccionar el sensor y nos motivaban a trabajar en el tema en nuestra localidad. Pero además nos comentaron que una investigadora estaría en un Instituto del CONICET, a unos pocos kilómetros de distancia. En menos de una semana de intercambiar e-mails, conocimos a la Dra. Nora y el becario Nicolás. Ellos nos visitaron un sábado después de recorrer y colocar unas trampas en la ciudad de Diamante. El encuentro fue una mateada entre las 12 y las 14, donde conversamos sobre las ovitrampas, las fumigaciones y el trabajo colaborativo con la comunidad e intersectorial. Para ese momento ya habíamos juntado 20 frascos de mermelada y los habíamos pintado de negro. Con las recomendaciones de Nora y el joven Nicolás aprendimos más sobre el mosquito, sobre las trampas y sobre el trabajo que teníamos que hacer en la comunidad. A los seis días de la visita, colocamos nuestras primeras 20 ovitrampas en la ciudad universitaria de Oro Verde. Contamos con la ayuda de Daniel Romero, un graduado de nuestra facultad que andaba de visita por el pueblo. Caminamos bastante, hacía calor. En la primera casa que golpeamos las manos encontramos a una de las primeras familias del pueblo, quienes nos comenzaron a contar cómo se había modificado el lugar con el crecimiento de la ciudad, detallando los cambios propios con la creciente urbanización. Entre las cosas más conspicuas que habían cambiado estaba el curso del arroyo el “Paracaó”, que ahora tenía algunas partes entubadas. Pero claramente, se habían modificado la cantidad de viviendas, las áreas más agrestes, etc. La experiencia ya era un éxito, pusimos la primera trampa de huevos de mosquito y ya estábamos aprendiendo! Las primeras dudas que surgen cuando uno está en la calle colocando las trampas son ¿Dónde conviene colocarlas? Tratamos de pensar como mosquito, dónde come, dónde busca las proteínas para producir sus huevos, dónde se protege del sol, del exceso de viento y de las elevadas temperaturas, etc. Con la idea de ir mejorando nuestro trabajo, registramos los sitios de colocación con fotografías, con un GPS la posición en el mapa y con planillas la ubicación de las trampas en la ciudad. Cuando le enviamos los reportes, nuestros científicos compañeros de ruta nos mandaron nuevas recomendaciones y sugerencias. Llegó la primera semana y estábamos ansiosos de salir a ver que sucedía en nuestro pueblo ¿Estaría Aedes aegypti en Oro Verde? Salimos con Mauricio desde la facultad, después de una consulta. Se nos había hecho tarde, eran las 10:30 de la mañana y el sol se hacía sentir. Terminamos cerca de la siesta, bastante acalorados, con las tablitas de las ovitrampas. En la segunda semana, el diálogo con los vecinos era bueno pero distante. Hasta ese momento no era habitual ver gente de la facultad visitando patios, era nuestra segunda visita a sus hogares. Muchos decían “por acá no andan los mosquitos como en años anteriores” o “son los mosquitos que se ven en la isla, no los que se ven en la televisión”. Por la tarde nos prestaron una lupa en un laboratorio y pudimos observar mejor y registrar las primeras fotos de los huevos. A nosotros nos parecía que habíamos respondido la pregunta: en Oro Verde, estaba el Aedes aegypti! A la noche nos llegó la confirmación vía e-mail, las fotografías enviadas se correspondían con trampas positivas. Durante la tercera semana ya éramos tres en el equipo, se sumó Maximiliano, estudiante de Bioinformática que había cursado el Seminario de Políticas de Salud el año pasado y que le interesan los modelos matemáticos que describen enfermedades como el dengue. El grupo crecía y había más personas aportando ideas, esfuerzo y energía. Habíamos contagiado nuestro interés y también nuestro entusiasmo. En esa semana tuvimos varias lluvias en el pueblo. En la visita a los domicilios no sólo había huevos de Aedes aegypti, sino también estaban las movedizas larvas. El hallazgo permitió conversar con los vecinos desde otra posición. El mosquito había dejado de ser una figura en un folleto, una imagen en el televisor para pasar a ser un ser vivo en un frasco en el patio de su casa. Y otra vez aparecieron nuevos desafíos ¿Qué decimos para no generar un nivel de alarma que lleve al pánico que inmoviliza al vecino? ¿Cómo motivamos acciones preventivas, acciones colaborativas comunitarias con los vecinos? Esto generó un debate en el equipo, hay que transmitir lo que se observa sin minimizar ni ocultar lo que pasa, proponiendo acciones como ayudar a buscar otros reservorios donde se reproducen y crían los mosquitos. Esto nos condujo a recorrer algunos patios y jardines con los vecinos. Para la cuarta semana, mientras preparábamos las planillas en la oficina pasó Exequiel, un estudiante de Bioingeniería que cursó la Asignatura Organización de los Sistemas de Salud hace dos años. Esa tarde nos acompañó a colocar diez trampas más llegando a nuevos vecinos. Para la construcción de las mismas contamos con el aporte de frascos que nos arrimó Javier del Programa de Municipio Saludable. Sumábamos más gente al grupo! Además colaboraban en las tareas y en los insumos, que en este caso eran elementos reciclados (frascos de mermelada). La relación con los vecinos fue cambiando. Ahora se acercan a ver las maderitas de las trampas, preguntan y ayudan al equipo, algunos ya identifican la presencia o ausencia de huevos y larvas (utilizamos un frasco traslúcido para la observación del agua que permaneció en la trampa). En la última recorrida un vecino bromeó: “tenemos cubiertas, ¿nos van a mandar al frente con el municipio?” Y agregó “miren que ya estuvimos limpiando el patio”. Otro nos preguntó: “¿qué van a hacer con los datos? ¿Para qué sirven? Entendemos que el conocer el vector, saber que está presente, cambia las condiciones de la comunidad para enfrentar el problema, favoreciendo la recepción de mensajes vinculados con la prevención. Por otro lado, ya comenzamos a pensar y proponer la constitución de un comité de prevención del dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos domiciliarios, donde podamos sumar voluntarios y otras organizaciones de la comunidad (escuelas, centro de salud, facultades, municipio, centro de jubilados) para abordar el problema. También nos reunimos con el intendente. Le mostramos las ovitrampas, larvas, pupas y los ejemplares adultos de Aedes aegypti que fuimos recolectando. Conversamos sobre la efectividad de las intervenciones como la pulverizaciónfumigación, las de prevención y promoción de prácticas adecuadas en la comunidad, quedando en seguir trabajando intersectorialmente. Hasta el momento y gracias a la colaboración de los investigadores del GEM y del CICyTTP-CONICET Diamante, pudimos desarrollar acciones vinculadas con la salud pública basadas en evidencia científica, con muy buenos resultados con los vecinos haciéndolos parte del problema a resolver. Tenemos buenas perspectivas de trabajo en el futuro inmediato, siguiendo los lineamientos propuestos para la participación social en el abordaje del dengue en la comunidad (3). Pudimos avanzar en la integración de actividades de extensión e investigación universitaria en el abordaje de los problemas concretos de la comunidad, generando un espacio de formación integral para nuestros estudiantes. Como dijo Nora, “nos queda un largo camino por recorrer”, que seguramente promete nuevos aprendizajes y emociones.

(1). Dengue: apuntar a las larvas, el secreto para combatir al enemigo que vive en casa.(22/01/2016) www.clarin.com/buena-vida/salud/Dengue-apuntar-secreto-combatirenemigo_0_1508249468.html

(2). Grupo de Estudio de Mosquitos (GEM) http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/index.html

(3). Participación Social en la prevención del dengue: Guía para el promotor. Publicación de UNICEF Argentina, 81 pp. Cufino E., Ravalli M.J.; Cuyul A., Waynstock L., Schweigmann N. (con colaboración de Fischer S.) y Chapman E. 2009. http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/MANUAL_DENGUE_A5-FINAL_corregido.pdf


Cátedra Salud Pública - Fac. Ingenieria (UNER) Proyecto Mosquito 
Mauricio Tanus Mafud;  Maximiliano Fernández;   Exequiel Porte;  Francisco Moyano Casco;  Lic. Gretel Ramirez;  Mg. Bioing. Fernando Sassetti


Programa Municipio y comunidades Saludables de Oro Verde (ER)
Javier Fernández

Reflexiones ambientales Urbanas: número 43: ¡A desarmar la Pelopincho ®!!

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 43: ¡A desarmar la Pelopincho ®!! 

Estamos en semana Santa del 2016. Muchas piletas de lona todavía están armadas pero ya no se usan. Comenzaron las clases y ya no hay tiempo para aprovecharlas. Algunas están casi vacías, otras todavía llenas. Si los humanos no las usamos serán aprovechadas por varias especies de mosquitos. Si no se desarman, serán criaderos de mosquitos durante la mayor parte del año, y nos llamará la atención que hasta en invierno sentiremos la molestia de mosquitos en nuestras viviendas. Ya se ha comprobado que estas piletas y las de material sirven como criaderos de mosquitos durante todo el año: ( http://server.ege.fcen.uba.ar/gem/pdf/Fischer%20&%20Schweigmann%202010.pdf ). Si las dejamos con poca agua, estaremos favoreciendo la colonización del Aedes aegypti. Si se vacían sin guardarlas, acumularán agua de lluvia en pliegues, rincones, o en la base. Esa escasa cantidad de agua es atractiva para que las hembras depositen allí sus huevos. Si se vacían, y se desarman, y quedan semi-plegadas a la intemperie, pueden juntar suficiente agua de lluvia como para formar un excelente criadero de Aedes aegypti u de otras especies de mosquitos. Como Aedes aegypti deposita sus huevos sobre paredes, se corre el riesgo que queden pegados en la parte de la lona cercana donde hay agua. Los huevos pueden resistir toda la temporada invernal y eclosionar en el primer llenado durante la primavera o verano siguiente. Antes de guardar se debe cepillar, enjuagar bien y secar con un material absorbente (papel o trapo seco). Lo recomendable es que se guarde en un lugar seguro, seco y que no pueda acumular agua hasta el periodo estival siguiente.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi Centro de Estudios de Parásitos y Vectores CCT La Plata-CONICET-UNLP Med.

Mirta Mierez Docente Área Parasitologia Facultad de Medicina- UNNE Corrientes

Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Corina Beron Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata

Reflexiones ambientales Urbanas: número 42: La forma más común del dengue

Reflexiones ambientales Urbanas:

número 42:  La forma más común del dengue

¿Por qué continúan las epidemias de dengue a pesar de las acciones de bloqueo? ¿Cuales son los síntomas más probables de un enfermo de dengue? De la misma manera que la introducción de una persona virémica en un ámbito urbano donde se reproduce el mosquito Aedes aegypti no garantiza que ha de producirse un brote en el lugar, no todo brote o foco epidémico ha de transformarse en epidemia. La dinámica propia de las epidemias es estocástica o azarosa. Esa estocasticidad está dada por imponderables como también por lo que se denomina estocasticidad intrínseca, es decir irreducible e inevitable, propia del fenómeno. Nuestra cultura (incluida la ciencia) está muy poco preparada para pensar en ella. Tendemos entonces a pedir y preguntar por imposibles. Por ejemplo ¿cuáles son los síntomas del dengue? MedlinePlus dependiente de la Biblioteca Nacional de Medicina USA nos ofrece la respuesta que buscamos:

La fiebre del dengue se inicia con una fiebre alta y repentina, a
menudo de 40 a 40.5° C (104 a 105° Fahrenheit), de 4 a 7 días
después de la infección.
De 2 a 5 días después de que la fiebre comienza, puede aparecer
una erupción plana y roja sobre casi todo el cuerpo. Posteriormente
en la enfermedad, se presenta una segunda erupción parecida al
sarampión. Las personas infectadas pueden experimentar una
mayor sensibilidad en la piel y sentir mucha molestia.
Otros síntomas abarcan
. Fatiga
. Dolor de cabeza (especialmente detrás de los ojos)
. Dolores articulares
. Dolores musculares
. Náuseas
. Inflamación de los ganglios linfáticos
. Vómitos 
. Tos
. Dolor de garganta
. Congestión nasal

Pero si esta lista satisface a nuestras necesidades de información y a nuestras expectativas (juicios previos o prejuicios) tiene el problema de ser en buena medida incorrecta (lo “tachado” no es parte del cuadro clínico del dengue). La Organización Panamericana de la Salud se acerca un poco más a la verdad al distinguir entre dengue sin alarma (síndrome febril inespecífico), dengue con signos de alarma (El paciente puede presentar: dolor abdominal intenso y continuo, vómito persistente, acumulación de líquidos, sangrado de mucosas, alteración del estado de conciencia, hepatomegalia y aumento progresivo del hematocrito) y finalmente el dengue grave. Desde el punto de vista de la práctica médica esta clasificación parece tener más sentido, pero desde el punto de vista epidemiológico falta en ella la categoría más probable: dengue asintomático. Un artículo reciente (2015) nos explica la relevancia del dengue asintomático: tres de cada cuatro casos de dengue son de este tipo, se trata de personas que presentan un malestar menor que el producido por el "dengue sin signos de alarma" (o bien ningún malestar) pero que de igual manera reproducen el virus en sus cuerpos y lo transmiten a los mosquitos. Desde una mirada individualista estas personas no están enfermas, desde el punto de vista de la salud pública estas personas son parte de un proceso epidémico. Estos casos no llegan a las estadísticas, como no llegan tampoco muchos casos de dengue sin signos de alarma, que por asemejarse a otras enfermedades (es tan común escuchar "me siento como si me fuera a engripar") no llegan a la consulta médica y sumado a estos, todas las dificultades e ineficiencias del sistema de notificación. Algunas estimaciones hablan de un caso notificado por cada 10 casos de dengue. Los procedimientos de bloqueo suelen llegar con marcada demora (semanas) reduciendo así la eficiencia de las ya ineficientes fumigaciones, y las tardías descacharrizaciones que ayudan a dispersar a los vectores portadores del dengue contribuyen también con su parte. Las acciones de bloqueo se deben realizar, pero debemos ser conscientes de que solo una grandísima dosis de suerte nos permitiría contener la epidemia con ellas. Solemos detectar la marcha silenciosa de la epidemia cuando una manzana infestada de mosquitos "se prende fuego" tal como lo describen las notas periodísticas ya citadas en Del patio limpio a la manzana saludable pero el dengue llego a estas manzanas circulando silenciosamente por muchas otras previamente. Es por eso que: ¡¡¡ no hay alternativa a la prevención!!!. Cuando en un problema dominado por la incerteza actuamos como si tuviéramos certeza, el fracaso parece poco menos que inevitable.

Hernán G Solari Dinámica de Sistemas Complejos FCENUBA e IFIBA-CONICET
Tomás Orduna Director del Servicio de Medicina del Viajero Hospital Muñiz
Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Reflexiones ambientales Urbanas: número 41: Vigilancia Epidemiológica.

Reflexiones ambientales Urbanas:

número 41: Vigilancia Epidemiológica. 

Seguimiento de criaderos de mosquitos de interés sanitario, en la zona de afectación de la represa de Yacyretá. Desde el año 1993 hemos estado trabajando en la investigación sobre mosquitos en la zona de afectación de Yacyretá. Los equipos de investigadores corresponden a la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, el Centro de Investigaciones Entomológicas radicado en el Parque Tecnológico Misiones, y colaboran como laboratorio de referencia, participando como auditores técnicos, integrantes del CEPAVE, CCT La Plata, Conicet y de la División Entomología del Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata. De la misma manera, en Paraguay el SENEPA (Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo), ejecuta las mismas tareas. Desde un inicio tuvimos como objetivos: conocer la fauna de mosquitos del área, ubicar los criaderos de los mismos para posteriormente caracterizarlos en las zonas de la costa del Río Paraná y los arroyos urbanos, en ambas márgenes del río. Además, determinar qué factores son limitantes para el crecimiento de larvas de mosquitos (por ejemplo especies de peces predadores, insectos y calidad ambiental medidos por pH, conductividad, oxígeno disuelto, entre otros, para cada tipo de criadero). Como estrategia metodológica se colectan larvas y se procede a la captura de adultos empleando trampas. En el laboratorio los mosquitos son identificados y pasan a formar parte de la colección científica del CIE. A lo largo de estos años las condiciones climáticas fueron extremadamente variables, lo que permitió la observación de las dinámicas poblacionales en una importante variedad de situaciones ambientales. Con todo ello nos hemos dedicado a la caracterización de los escenarios posibles de ser encontrados como criaderos de mosquitos, con énfasis en las especies de importancia sanitaria. Se pudo observar y registrar la dinámica de los criaderos de mosquitos, desde el momento de su aparición como criaderos hasta un grado de sucesión muy avanzado. Los cambios significativos en las costas del Río Paraná y las desembocaduras de los arroyos urbanos producto de las obras del plan de tratamiento costero han modificado los escenarios, pasando de una situación con importantes criaderos a prácticamente la desaparición de los mismos. Una de las principales variables que favorece esta situación es la pronunciada pendiente en la zona litoral, que sumado a la correntada del Río Paraná impide el desarrollo de vegetación de costa en esta zona (las larvas se encuentran en los puntos con vegetación, siempre que la densidad de la misma no impida que la luz llegue al cuerpo de agua) sin dejar de mencionar la importante presencia de mojarras en toda la zona de costa, lo que constituyen sin duda alguna un aporte importante al control biológico natural de las larvas de mosquitos junto a otros insectos que viven entre la vegetación. Se han realizado muestreos en estas zonas a fin de validar la hipótesis de la ausencia de criaderos en zonas sin vegetación asociada, confirmando la misma. Actualmente las zonas de conflicto evidenciadas en los primeros años de trabajo han desaparecido. En las desembocaduras de los arroyos urbanos y hacia las nacientes de los mismos, la vegetación flotante y arraigada se ha desarrollado en algunos casos de manera significativa, generalmente debido a los vertidos orgánicos de origen antrópico. Allí es importante el número de organismos controladores que se observan durante los muestreos, en especial una gran entomofauna asociada, donde predominan tricópteros (frigáneas/caddis), ditíscidos (coleópteros/cascarudos acuáticos), fásmidos (bichos palo), belostomátidos (chinches de agua), dípteros (moscas) y odonatos (libélulas), además de un número importante de aves acuáticas, peces y anfibios. Entre las conclusiones que podemos extraer del trabajo realizado en el proyecto, pueden citarse: -Se ha proporcionado información útil para la toma de decisiones respecto a la vigilancia ecoepidemiológica de la región. -Se ha trabajado específicamente en la construcción de modelos de predicción de la aparición de criaderos de mosquitos de importancia sanitaria, y este conocimiento se ha volcado al diseño de la planificación de obras de tratamiento costero, en la zona de afectación de la represa. -Las zonas con tratamiento costero han demostrado ser eficientes a la hora de evitar el arraigo de la vegetación acuática, tanto flotante como arraigada y semiarraigada, evitando de esta manera la formación de potenciales criaderos de larvas de culícidos. -Se ha podido construir un modelo basado en una serie de 5 grados sucesionales. Estos reflejan las posibles situaciones que se esperan encontrar en ambientes lóticos y lénticos de la región. Este modelo permite caracterizar el ambiente, determinar su potencial como criadero y predecir la posibilidad de encontrar mosquitos de importancia sanitaria en estos espacios. -Los cuerpos de agua que denominamos “charcas” presentan un lento proceso de “maduración”, consistente en el poblamiento por diversas especies de plantas, microorganismos, insectos, peces, anfibios, moluscos y otros. -En la caracterización de los criaderos es determinante precisar el grado de sucesión del cuerpo de agua, el que está correlacionado positivamente con la mayor presencia de especies de mosquitos y el aumento de las densidades poblacionales de estas especies. -La riqueza a nivel de la biodiversidad establecida es un buen indicador del grado de sucesión alcanzado. Las asociaciones entre las especies de mosquitos y los demás organismos presentes en las comunidades estudiadas constituyen un adecuado marco referencial para la comprensión de la dinámica de los ecosistemas observados. -Estos escenarios que se plantean pueden aplicarse al reconocimiento de áreas de conflicto sobre otros arroyos o ríos de la provincia, facilitando la detección de criaderos y por ende contribuyendo a la vigilancia epidemiológica de la región. -Es importante avanzar en el estudio de los controladores naturales de las larvas de culícidos, en particular odonatos, coleópteros, belostomátidos, peces y hongos entomopatógenos, ya que por su presencia y abundancia se perfilan como agentes principales a la hora de realizar el control de las poblaciones de larvas de insectos de importancia sanitaria, en los cuerpos de agua estudiados. -Hemos iniciado durante los últimos años de trabajo, investigaciones que buscarán determinar las especies de hongos patógenos presentes, así como el potencial de los mismos para el control de los mosquitos. -Actualmente no se presentan puntos que se pudieran considerar buenos criaderos, fundamentalmente por la ausencia de vegetación o bien por la ausencia de espacios libres entre la vegetación flotante y arraigada, así como por la gran cantidad de controladores naturales, sumada a la escasa presencia de mosquitos adultos. -En el curso de los arroyos urbanos, las zonas que atraviesan el casco urbano y que no se han entubado, presentan como mayor inconveniente la falta de conciencia de parte de la población respecto al cuidado de estos cursos de agua. Esto se evidencia principalmente al recorrer los cauces y observar los desperdicios que se arrojan en ellos. La toma de conciencia de parte de la población es un reto para el futuro; para ello se deberá continuar trabajando principalmente en acciones de educación ambiental que fortalezcan acuerdos de cuidado y protección de las cuencas hídricas urbanas. -La calidad del agua de los arroyos se ve muy afectada por aguas residuales urbanas. De hecho la concentración de los contaminantes de origen antrópico y fecal son tan altos que hacen prioritario, desde el punto de vista higiénico-sanitario, el saneamiento de sus cuencas alimentadoras, como así también la depuración de los afluentes de tipo urbanos e industriales. -Las descargas cloacales provenientes de los barrios llevan estos líquidos al curso de los arroyos y aportan una carga considerable de nutrientes que contribuye con el desarrollo de la vegetación que se observa en el lugar. De esta manera, se da lugar a un proceso de eutrofización de un amplio sector del cuerpo de agua y la proliferación de distintos géneros de mosquitos de importancia sanitaria, principalmente de los géneros Anopheles, Mansonia, Psorophora y Culex. (Obviamente esto no es un problema de la represa, sino de planificación urbana). -Durante los años de muestreo nunca se han encontrado larvas de Aedes aegypti en las zonas muestreadas. Esto era de esperar, ya que se trata de una especie cuyos criaderos se localizan preferentemente en los patios de las casas. -El cauce de los arroyos urbanos donde se ha tomado la decisión de conservar y proteger el ambiente natural, debe ser monitoreado de manera constante a fin de evaluar las poblaciones presentes de importancia sanitaria, sus densidades y dinámicas poblacionales. En estos ecosistemas son de suma importancia las interacciones ecológicas que se visualizan a la hora de, por ejemplo, mantener la calidad del agua del cuerpo en cuestión, la estructura de las comunidades y la densidad de las especies presentes, especialmente de las de importancia sanitaria. Por ello deberían apoyarse todas aquellas acciones tendientes a alcanzar cierto grado de equilibrio dinámico en las poblaciones presentes y no fomentar el uso de químicos que puedan alterar este principio de autorregulación del sistema. -En las zonas con tratamiento costero, (márgenes del Río Paraná sobre la ciudad de Posadas, Costanera y accesos a la ciudad), no se presentan criaderos de mosquitos, ni las condiciones para que los mismos se desarrollen a futuro. Ello representa un logro del plan de manejo, producto del trabajo multidisciplinario de los distintos actores.

Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”:

 Leonardo Horacio Walantus Centro de Investigaciones Entomológicas Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales Universidad Nacional de Misiones
Gustavo R. Spinelli División Entomología, Museo de La Plata Universidad Nacional de La Plata Gustavo C. Rossi Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores, CCT La Plata-CONICET Universidad Nacional de La Plata Convenio EBY-UNaM

Reflexiones ambientales Urbanas: número 40: La prevención no debe basarse en “que puedo poner”, sino en “que puedo hacer”.

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 40:  La prevención no debe basarse en “que puedo poner”, sino en “que puedo hacer”.

La epidemia de dengue de 2016 en la Argentina es el resultado de un desorden ambiental que favorece la proliferación del mosquito Aedes aegypti en el entorno urbano. La presencia de recipientes que utilizamos para diversas cosas y basura capaz de acumular agua, genera contaminación ya que se favorece la formación de criaderos en nuestras ciudades poniendo en riesgo la salud de los habitantes. El diagnóstico de situación en ambientes públicos (ejemplificado en las Reflexiones Ambientales Urbanas anteriores, 07 Aedes aegypti en el poder Judicial y 10 Aedes aegypti en las Cubiertas de Vehículos), o en privados (34 Del patio limpio a la Manzana Saludable - Un Cambio necesario) es muy claro. Desde hace más de 20 años que la presencia del mosquito implica un riesgo sobre la salud, sin embargo la falta de un conocimiento acabado sobre el problema lleva a falsas soluciones preventivas (sapos, murciélagos, crotallarias, insecticidas, etc.). En la carta de lectores del diario Tribuno http://www.eltribuno.info/carta-lectores/2016/03/11, retransmitida como carta de lectores en la Nación el 23 marzo de 2016 se llama a usar masivamente un insecticida ambientalmente peligroso y prohibido por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de EEUU) desde 1972. Pero este patrón de pensamiento también se encuentra en funcionarios destacados en temas de Salud pero que no manejan los conceptos actualizados y básicos de entomología y participación social: http://www.lanacion.com.ar/1879718- la-prevencion-fundamental-ante-el-dengue Las larvitrampas han quedado en desuso por ser peligrosas. Pueden convertirse muy fácilmente en criaderos de Aedes aegypti. Por otro lado, durante el invierno las poblaciones de Aedes aegypti están representadas predominantemente como huevos, por lo cual los larvicidas no sirven (no matan huevos). Fumigar como prevención significa aplicar en forma regular y frecuente productos químicos que constituyen un contaminante más para el ambiente. Estos productos emitidos al ambiente afectan también a los humanos, a las mascotas y a la fauna de una ciudad, incluso especies beneficiosas como polinizadores o los depredadoras naturales de mosquitos. La estrategia reproductiva de Aedes aegypti es generar enormes excedentes de huevos y esa reserva suele activarse en ausencia de adultos (cuando se fumiga), compensando la situación original. La fumigación preventiva no es sustentable, porque mientras haya criaderos el problema va a continuar. Hoy se eliminan los adultos, en unos días habrá nuevamente adultos producto de los criaderos existentes, se vuelve a fumigar y como los criaderos siguen existiendo se generarán nuevos adultos. Entonces, los funcionarios encargados de la prevención deben dar mensajes claros a la sociedad. La experiencia de la actual epidemia debe servirnos para generar cambios profundos de ordenamiento ambiental en las zonas urbanizadas. El estado como gobierno debe dar el ejemplo de orden y limpieza que impida la formación de criaderos en los entornos de edificios públicos (hospitales, escuelas, etc.), chatarra incautada, control sobre el comercio, etc. y la sociedad toda debe participar en un acompañamiento que permita generar manzanas saludables.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET Gustavo C. Rossi Centro de Estudios de Parásitos y Vectores CCT La Plata-CONICET-UNLP
Raquel M. Gleiser Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba
Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET
Hernán G Solari Dinámica de sistemas complejos Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET
Corina Beron Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata
Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 39: Aedes aegypti, la estrategia de repartir los huevos entre distintas canastas


 Las hembras del mosquito común (Culex pipiens) suele posarse sobre la superficie del agua y poner la totalidad de sus huevos (100 – 150) pegados entre sí, formando una estructura que flota sobre el agua (balsa). Una hembra de Aedes aegypti suele poner un número muy variable de huevos (dependiendo de los trabajos, entre una decena y algo más de una centena), colocados de forma individual sobre las paredes de los recipientes y por encima del nivel de agua.




El gráfico refleja el comportamiento de puesta de huevos de Aedes aegypti en 23 sensores (de un total de 30 ovitrampas) que resultaron positivos en una semana de estudio. (Ver Reflexión 28 La Experiencia de Oro Verde - Entre Ríos). Como se trata de una experiencia en campo es imposible saber cuántas hembras aportaron huevos en cada ovitrampa. El patrón es similar al que se ve en muchos trabajos. Más de la mitad de los sensores (12) resultaron con muy pocos huevos respecto a muy pocas ovitrampas que presentaron muchos huevos. Esta observación es compatible con un mecanismo adaptativo (una estrategia reproductiva) donde la hembra reparte su descendencia en distintos recipientes que podrían no ser muy “seguros” para la especie. Desde el punto de vista de un mosquito que vive en ambientes urbanos, su adaptación a usar recipientes domésticos y repartir los huevos implica un riesgo a sufrir procesos catastróficos (de origen natural o artificial). Por ejemplo, si algunos recipientes quedarán al sol, el efecto de la temperatura provocará huevos cocidos o duros. Si el recipiente es dado vuelta y los huevos quedaran pegados en las paredes, por falta de agua esa cohorte no podrá eclosionar hasta una mejor oportunidad. Si los huevos llegaran a eclosionar y todo el contenido es arrojado al suelo seco, las larvas perecerán. Si pasan desapercibidos para los humanos su éxito sería rotundo. Si los habitantes de las viviendas realizaran mínimas medidas de prevención puede ocurrir que una pequeña proporción de la descendencia sobreviva en otro recipiente que no se tuvo en cuenta. Este razonamiento vale también para los lugares donde no tienen efecto los métodos químicos de control. Los criaderos que llegan a ser exitosos para la especie (ya usados) quedarán marcados con olor a larva (hormonas o señales químicas) y atraerán a otras hembras para que aprovechen esos lugares “más seguros”. De esa forma se puede explicar las dificultades mencionadas en otras reflexiones para hallar todos los criaderos presentes en una vivienda (O8. Un hogar para mis mosquitos o de cómo criaba mosquitos en casa sin saberlo, 03 Lugares de cría poco comunes de Aedes aegypti). Las ovitrampas son muy sensibles para detectar la presencia de Aedes aegypti en la manzana (27 Tecnología de punta - en un sensor de presencia de Aedes aegypti) y es por ello que la eliminación total de los criaderos se puede “validar con la experiencia de lo comprobado y ya no sobre la abstracción” http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/153428-la-uner-investiga-el-aedesaegypti-para-prevenir-sobre-datos-constatados.htm Las acciones de eliminación de criaderos constituyen un excelente control de natalidad sobre las poblaciones de Aedes aegypti, sin embargo la detección temprana de la presencia de actividad (mediante estos sensores) puede favorecer la acción preventiva y solidaria entre vecinos para buscar los criaderos más difíciles y de esa manera llegar a convivir en Manzanas Saludables. El uso de los sensores implica haber adquirido conocimientos básicos sobre el vector y además asumir una responsabilidad ambiental de forma tal que la herramienta no se transforme en otro criadero más. Trabajo responsable: Esta herramienta de monitoreo no debe quedar expuesta más de una semana cada vez, para evitar que se convierta en otro criadero. Cuando no se utilice más, debe ser lavada con cepillo y agua hirviendo, guardada bajo techo y boca abajo para que no pueda acumular agua, o bien descartada.

Nicolás Schweigmann Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET Elena Beatriz Oscherov Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos) FaCENA, UNNE Corrientes Raquel M. Gleiser Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba
Nora Burroni Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET
Hernán G Solari Dinámica de sistemas complejos Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET
Edgardo R. Marcos, Veterinaria en Salud Pública Facultad de Ciencias Veterinarias, UBA

martes, 15 de marzo de 2016

Reflexiones ambientales Urbanas: número 38: Aedes aegypti, el dengue, los mensajes desacertados y las falsas alarmas

Reflexiones ambientales Urbanas: 

número 38: Aedes aegypti, el dengue, los mensajes desacertados y las falsas alarmas 

Aedes aegypti volvió a ingresar a la argentina a mediados de la década de los ´80 y en menos de una década ya se encontraba en la mayoría de los barrios del oeste y sur de Buenos Aires. En el verano de 1997 se produjo un pequeño brote en Orán, Salta. Al año siguiente, se inició otro brote mucho más significativo. Ocurrió a lo largo de la ruta 34, con epicentro en Tartagal (Salta), desde Salvador Mazza (Salta) hasta Tucumán. Fue tan importante que el Ministerio de Salud de la Nación emitió el primer comunicado de prensa sobre dengue en la historia Argentina y en octubre de 1998 se lanzó el primer spot televisivo con intenciones de transmitir las medidas de prevención. El texto fue supervisado por biólogos de las universidades de Córdoba y Buenos Aires, estaba perfecto. Pero un diseñador gráfico, quizás con buenas intenciones, modificó el inicio del spot donde puso cinco palabras “dengue” que se movían como alas de un insecto. Luego de ello una enumeración de los síntomas de la enfermedad y las medidas más adecuadas de prevención. Quienes salimos al campo para relevar el estado de situación en las viviendas percibimos que la población estaba muy asustada: había interpretado que en ese entonces la palabra rara (dengue) era un mosquito que podía matar con sus picaduras. Al año siguiente, como no había muerto nadie, se pudo percibir una interpretación social de que se había tratado de una “falsa alarma generada por la política del gobierno de ese entonces”, “el mosquito dengue no mata”. Incluso se nos dificultó lograr explicar a los profesionales de la comunicación que había que separar los conceptos relacionados con el mosquito de la enfermedad (el dengue no es un mosquito). Los problemas conceptuales continuaron ocurrieron incluyendo a las máximas autoridades de salud de gobiernos siguientes. Continuó con una epidemia más generalizada iniciada tardíamente en 2009, eran tiempos de sequía, con epicentros en Charata (Chaco), la ciudad de Catamarca (rodeada por un desierto) y Buenos Aires en medio del humo producido por la quema de pastizales (para esa época) en las islas del sur Entrerriano. Para ese entonces, el efecto mediático de la epidemia ayudó a diferenciar al mosquito de la enfermedad. Pero todavía seguían los falsos conceptos sobre los lugares de cría (charcos, zanjas, lagunas, etc.) y el falso concepto sobre las fumigaciones como medidas preventivas. El tercer aviso, se dio a fines del 2015 con el inicio de una nueva epidemia, cargada ahora en marzo del 2016 con un coctel de tres virus distintos. El mensaje es algo más claro, ya se puede hablar de Aedes aegypti, aunque los medios de comunicación siguen confundiendo a la sociedad con las fumigaciones. Entonces la población lo exige y los funcionarios pretenden calmar los reclamos y conceden sus pedidos. Sin embargo deberían darse cuenta que frente un agravamiento de la situación epidemiológica los mensajes confusos pueden jugar en contra de su imagen. El esfuerzo debería apuntar a generar condiciones de hospitales seguros, escuelas seguras (con entornos libres de criaderos), resolver los basurales a cielo abierto o cementerios de chatarra en proximidades de población. Sumado al nerviosismo, se inventan audios con mensajes caóticos transmitidos por celulares donde mienten una situación de desborde en un hospital, generan alarma extrema del que solo beneficia al comercio de productos repelentes. Habrá que evaluar si el efecto de las falsas alarmas en realidad provocan efectos inesperados que desvían la atención contra las verdaderas medidas de prevención: eliminar y evitar la formación de criaderos en las viviendas de las manzanas de las zonas urbanas. ¿Tendremos que esperar nuevas epidemias de mayor impacto para darnos cuenta que los de problemas ambientales que afectan a nuestra salud solo se resuelven con un verdadero ordenamiento ambiental?

Nora Burroni y Nicolás Schweigmann: Grupo de Estudio de Mosquitos. EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Elena Beatriz Oscherov:   Vicepresidenta de la Asociación Parasitológica Argentina (Ex Profesora Titular de Biología de los Artrópodos y Biología de los Parásitos). FaCENA, UNNE Corrientes

Leonardo Horacio Walantus: Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”  Centro de Investigaciones Entomológicas Parque Tecnológico Misiones

Gustavo C. Rossi: Centro de Estudios de Parásitos y Vectores   CCT La Plata-CONICET-UNLP


Edgardo R. Marcos:Veterinaria en Salud Pública.  Facultad de Ciencias Veterinarias, .UBA


Raquel M. Gleiser .  Ecología de Artrópodos. CREAN-IMBIV  CONICET-UNC – Córdoba

Reflexiones ambientales Urbanas: 37 Dengue: una oportunidad para pensar en la salud de manera integral

Reflexiones ambientales Urbanas: 

37 Dengue: una oportunidad para pensar en la salud de manera integral 

Una vez más la epidemia de dengue nos pone en alerta, nos sacude de nuestra calma en la que la salud no forma parte de nuestra agenda cotidiana. Y nos preguntamos quién tiene la responsabilidad, y quién debería hacerse cargo ante esta epidemia. En lo personal, creo que para respondernos esas preguntas debemos hacer un trabajo un poco más profundo. Toda crisis representa una oportunidad, dice la sabiduría oriental (que ya bien podríamos ir adoptando en occidente). En lo inmediato, qué mejor oportunidad que aprovechar la epidemia para indagar, analizar y reflexionar sobre nuestra relación con el ambiente. Considero que es una excelente oportunidad para que desde las escuelas, los hospitales, las universidades, los clubes, repensemos nuestro vínculo con el ambiente cercano y no tan cercano. Que nos veamos interpelados a analizar las consecuencias directas e indirectas del ambiente sobre nuestra salud. Por qué no aprovechar esta crisis, para empezar a reconocer que es nuestra relación con el ambiente la que nos propicia la salud, o bien la que nos enferma. Los nuevos escenarios epidemiológicos originados por las migraciones, la globalización económica, entre otros, desafían las prácticas tradicionales del modelo médico hegemónico y han dado lugar a enfoques alternativos que abordan las problemáticas de salud de manera integral. Como bióloga, egresada de una Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, me mantuve reacia a incorporar las dimensiones políticas y sociales a los procesos de transmisión de enfermedades. No obstante, con el tiempo empiezo a notar que no hay salud posible si no se contempla al humano en su complejidad (hábitos, costumbres, cosmovisión, etc.). En el caso del dengue, los abordajes integrales lograron controlar la transmisión de la enfermedad en áreas donde el virus circula de manera endémica. Este año, un estudio de México revela que la limpieza de las escuelas fue capaz de reducir la cantidad de nuevos casos de dengue, sugiriendo que los sitios con alta concentración de personas por un tiempo relativamente prolongado (como las escuelas) deberían ser uno de los principales sitios a mantener libres de mosquitos para controlar la propagación del virus. Por lo tanto, las evidencias sugieren que podemos volvernos protagonistas de la solución mediante nuestro compromiso como ciudadanos activos, lo que representa una solución sostenible a largo plazo. Invito a la tarea de abordar las problemáticas de salud desde un enfoque integral, en el que se contemplen los aspectos biológicos y médicos con la misma relevancia que los aspectos socioculturales y político-económicos, y donde los saberes académicos dialoguen con los tradicionales. Claro que es una tarea incómoda, que va en contra del modelo médico hegemónico vigente, y se contrapone con intereses económicos y políticos. No es una tarea sencilla porque el diálogo entre disciplinas y saberes nos lleva a reflexionar acerca de nuestras prácticas cotidianas, nos cuestiona, nos hace repensar las prácticas de investigación y las maneras de abordar una problemática, todas acciones que no son bien vistas en la sociedad de la modernidad y la inmediatez. Asimismo, convoco a observar cuál es el valor agregado de los enfoques integrales de la salud que fomentan la participación comunitaria respecto a las prácticas del modelo médico hegemónico. En lo personal, considero que uno de los principales valores de la participación comunitaria es desafiarnos como ciudadanos a tomar un rol activo en la construcción de nuestra salud y bienestar. La participación comunitaria nos posiciona en un lugar de responsabilidad respecto de nuestros actos y, principalmente, nos hace tomar conciencia de nuestra relación con el medio ambiente y cómo esta repercute sobre nuestra salud, la de nuestra familia, hasta sobre nuestros ingresos económicos y nuestra calidad de vida en general. Considero que, solo en la medida en que desarrollemos una plena conciencia acerca de la relación entre el ambiente y nuestra salud, vamos a poder construir una ciudadanía que entienda qué exigencias le caben al Estado, y qué responsabilidades nos caben a nosotros en nuestra vida cotidiana para mejorar nuestras condiciones de vida. Apuesto a que solo tras muchas pruebas y errores, vamos a reconocernos como los hacedores de nuestro bienestar, de nuestra salud, y eso nos va a hacer conocedores de nuestros derechos y también nuestros deberes. Y seguramente, en el mediano y largo plazo, nos dará la posibilidad de ejercer una ciudadanía responsable en torno a la salud y al ambiente, los cuales están inevitablemente unidos (aunque por momentos la vida urbana y la modernidad nos lo hagan perder de vista), para poder empezar a decidir qué modelo de salud y de medicina queremos.

Paula Medone, Lic. Ecología, Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CONICET- UNLP)

Reflexiones ambientales Urbanas: 36 Después de la venta de sapos, casas para murciélagos, ahora plantines de Crottalaria. ¿Todo sirve contra el Aedes aegypti?

Reflexiones ambientales Urbanas: 

36 Después de la venta de sapos, casas para murciélagos, ahora plantines de Crottalaria. ¿Todo sirve contra el Aedes aegypti? 

En los últimos días hemos estado repitiendo viejos errores ya cometidos en otras oportunidades, donde se inunda el mercado de información sin consistencia académica y rápidamente se inician canales de circulación de estrategias para atacar el dengue que no aportan más que pérdida de tiempo y recursos, con el riesgo de generar problemas ecológicos no deseados. En este caso se trata de la propuesta de ofrecer plantines y semillas de Crottalaria para atraer libélulas, que se alimentarían de huevos y larvas de Aedes aegypti. Obviamente la falta de conocimiento y asesoramiento entomológico es la causa: (suponiendo que no hay otros intereses ocultos). El argumento en contra de esta opción puede resumirse contundentemente así:  Estos organismos (Aedes aegypti y las libélulas) en sus estados larvarios, no crían en el mismo sitio y como adultos voladores rara vez comparten los mismos espacios.  Las libélulas o alguaciles son insectos que pertenecen a un orden muy antiguo (Odonata) y poseen un ciclo vital complejo, con estados larvarios debida relativamente larga (de unos meses a 4 o 5 años), y estados adultos voladores. Se han adaptado a diversos ambientes, en estadios larvarios se las puede encontrar en charcas, lagunas, arroyos, ríos y en algunas especies en agua acumulada en plantas (notablemente las bromeliáceas) o en huecos en los árboles.  Larvas y adultos de libélulas son depredadores. Las larvas se alimentan de otros invertebrados acuáticos con los que comparten criadero. No es esperable y mucho menos frecuente encontrar larvas de libélulas en espacios con cantidades mínimas de agua en ambientes urbanos donde crían larvas de Aedes aegypti. Mientras que los adultos depredan insectos de cuerpo blando como ser moscas, mosquitos, mariposas, otras libélulas. Si bien es posible observar adultos volando dentro de la ciudad, no están en la cantidad suficiente ni en los mismos ambientes como para controlar de manera efectiva a las poblaciones del mosquito transmisor del dengue. Asociar a las libélulas a Crottalaria no tienen ningún tipo de fundamente científico. No existe en la bibliografía antecedentes que permita afirmar con certeza que una planta modificaría los hábitos y adaptaciones del insecto, induciéndolo a poner huevos y compartir criaderos con el mosquito domiciliario Aedes aegypti. Si bien estos insectos son muy voraces y claves en ecosistemas acuáticos por su papel de agentes naturales de control de diversas poblaciones de mosquitos de importancia sanitaria, no es justificado invertir en estrategias de “atracción” para utilizarlos como solución para el problema del mosquito transmisor del dengue. Un grupo de investigadores del instituto agronómico de Campinas, Brasil publicaron en 2015 un trabajo científico sobre la relación entre Crottalaria y el mosquito que se puede consultar on-line para mayor información sobre el tema (“Aedes aegypti: controle pela crotalaria nao tem comprovação científica” por Wutke, E B.; Ambrosano, EJ.; Calegari, A.; WildnerAdP.; Miranda M A C. Documentos IAC, Campinas, Nº 114, 2015). La introducción de especies exóticas, ajenas al ecosistema (como plantas, insectos, murciélagos, etc.) conlleva a daños colaterales al equilibrio del ecosistema imposible de medir con exactitud de antemano. Eliminar criaderos de Aedes aegypti es la estrategia más efectiva. No son necesarias soluciones mágicas, la unión de la conciencia colectiva, la acción y las políticas preventivas son la respuesta al problema actual del aumento desmedido de casos de dengue en la población. 

Lic. en Genética Camila Rippel: Becaria doctoral de CONICET. Tema: Control biológico de mosquitos: análisis de la capacidad predatoria de estadios inmaduros de insectos del orden Odonata (libélulas) 

Leonardo Horacio Walantus: Centro de Investigaciones Entomológicas Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario” Convenio EBY-UnaM 

Gustavo C. Rossi: Centro de Estudios de Parásitos y Vectores. CCT La Plata-CONICET-UNLP 

Corina Berón: Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología. INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata

 Nicolás Schweigmann: Grupo de Estudio de Mosquitos. EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET

Reflexiones ambientales Urbanas: 35 Vectores de Enfermedades: Un problema y una oportunidad educativa.

Reflexiones ambientales Urbanas: 

35 Vectores de Enfermedades: Un problema y una oportunidad educativa. 

No es una novedad que la escuela como ámbito de la educación formal tenga la capacidad de llegar a grandes porciones de la sociedad, desde la acción multiplicadora de los estudiantes. Cuando se plantean propósitos, objetivos y conceptos que se deben construir para la prevención de enfermedades transmitidas por vectores, nos damos cuenta que pueden adecuarse a los contenidos de los diseños curriculares del Ciclo Básico y Orientado del nivel medio de la Jurisdicción Misiones, en el área de Ciencias Naturales, con capacidad de desarrollarse durante todo el año, propiciando la oportunidad de abordar contenidos conceptuales y procedimentales. Algunos ejemplos de contenidos conceptuales incluye: biología de invertebrados, ecología, epidemiologia, Promoción de la Salud y la Educación Ambiental. Entre los contenidos Procedimentales se pueden destacar diseño y elaboración de investigaciones de aspectos sociales y biológicos, trabajos entomológicos demostrativos, planteo de hipótesis, sistematización y análisis de datos, como así también el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan a los estudiantes aprender a comunicar los conocimientos científicos, adquirir lenguaje técnico-científico, comprometerse con la detección de problemas locales y proyectar posibles soluciones, mediante estrategias innovadoras interdisciplinarias capaz de ser integrada con las áreas de Ciencias Sociales, Matemáticas, Estadísticas, Educación para la Salud, y talleres artísticos, que involucre el reconocimiento del entorno del sujeto potenciando el aprendizaje significativo. Como parte de nuestra experiencia, desde el equipo de educación del Instituto de Vigilancia y Control de Vectores de la ciudad de Posadas fuimos acercándonos a las instituciones educativas, con la propuesta de llevar al aula el tema de las enfermedades vectoriales, principalmente dengue y leishmaniasis visceral que son las más importantes en nuestra ciudad, trabajados en la modalidad de charlas expositivas dialogadas y talleres con observaciones de materiales biológicos. A partir de estas y otras actividades, hemos percibido que el contacto con elementos ópticos y con materiales biológicosy audiovisuales interactivos, generaba un mayor interés por la temática por parte de los alumnos, docentes y directivos, haciendo las charlas más dinámicas y participativas y generando un momento para relacionar lo observado con su entorno, en sus hogares y barrios. En estos momentos era muy común que los alumnos, especialmente en la secundaria, nos refirieran a charlas en las que habían participado anteriormente, que estaban centradas en la cuestión médica de la enfermedad, y que les resultaban muy tediosas. Desde estas experiencias iniciales y al observar las buenas repercusiones,nos propusimos trabajar la problemática en el aula con un abordaje más amplio e incentivando la participación comunitaria en la promoción de la salud. Se buscóno sólo trabajar los aspectos biológicos, sino también los aspectos ambientales, sociales y culturales, con la estrategia de formar grupos de estudiantes que puedan desarrollar intervenciones en su comunidad. Sin embargo, para lograr concretar esta tarea, era necesaria una participación protagónica de los educadores. Si bien los docentes mostraron buena predisposición, a la vez manifestaron la sobrecarga de actividades extracurriculares en la institución, falta de capacitación, sueldos bajos y la situación de trabajar en varias escuelas, además de los reiterados paros que deben realizar para reclamar sus derechos laborales. Entonces nos encontramos con una situación contradictoria entre la buena voluntad de muchos docentes y la falta de recursos: tiempo y capacitación. Entonces necesitábamos estimular positivamente a los docentes y que su esfuerzo tenga algún tipo de compensación. Es así que apelamos a nuestra capacidad de gestión interinstitucional, generando un convenio tripartito entre el Municipio, el Ministerio de Educación y el Consejo General de Educación; luego diseñamos proyectos de capacitación docente con puntaje para su evaluación. Después de varios meses y a raíz de la constante insistencia, los proyectos fueron avalados por el organismo. Sin embargo, para contar con la presencia de los docentes en los talleres era necesario lograr una resolución del Consejo para el no cómputo de las inasistencias de los educadores, lo que implicaba otro trámite extendido y permanente seguimiento. Cabe destacar que lo de la insistencia no es una cuestión menor en las instituciones del estado. La convocatoria se realizó abiertamente por los medios de comunicación y a través de la red interorganizacional que se conformó entre el municipio y las instituciones educativas. También se realizaron reuniones en los establecimientos y se enviaron invitaciones formales. El equipo municipal capacitador estaba conformado por docentes, médicos, biólogos, veterinarios y antropólogos. En el diagnóstico se indagaron sobre las estrategias de enseñanzas que implementaban con respecto al dengue y la leishmaniasis, lo que resultó preponderante es que todos los docentes que abordaban el tema alguna vez lo hacían desde el análisis de folletería, o indagación en internet, sin tener herramientas para filtrar la información. En los encuentros se trabajaron las diferentes aristas de las problemáticas de las enfermedades vectoriales, con objetivos de ampliar la visión de los educadores, incluyendo conceptos de ambiente, salud, tenencia responsable de mascota y sus determinantes sociales. Los cursos eran gratuitos y de modalidad semi-presencial, se realizaban talleres cada15 días, en el periodo de abril a noviembre, y cada uno incluía trabajos domiciliarios que contaban con el apoyo bibliográfico en la página web del instituto. Los equipos docentes disponían de un tutor, y para la acreditación debían diseñar y ejecutar un proyecto educativo junto a sus alumnos para abordar algunas de las problemáticas en su comunidad; se ha logrado concretar decenas de producciones como obras de teatro, títeres, folletos, murales, salidas de campo, trabajos con ovitrampas, grupos de trabajo para realizar capacitaciones a otras aulas, entre otras. Estas experiencias fueron presentadas en las jornadas institucionales y de ferias de ciencias, algunos han competido y recibido reconocimientos locales, provinciales, nacionales e internacionales, promoviendo la continuidad de los proyectos desde cada institución, en algunos casos incorporados en el PEI. El municipio cumplió el rol de capacitador, asesor técnico y de proveedor de los recursos necesarios para el dictado de los cursos y el desarrollo de todos los proyectos escolares. Para detallar algunos ejemplos, pintura y pinceles para murales, elementos para hacer ovitrampas, teatrillo y telas para títeres, elementos de monitoreo de insectos, etc. Una anécdota: En uno de los trabajos de la escuela N° 269, del barrio Miguel Lanús, los docentes propusieron que cada alumno debía recorrer su patio y el de algún vecino de confianza acompañado por un adulto para tomar muestras de larvas de mosquitos y debían anotar en una planilla los criaderos efectivos y potenciales que encontraban, lo podían hacer solos o en grupos. El lunes siguiente del fin de semana propuesto para la actividad, llegaron las quejas de algunos vecinos por que los chicos saltaron los muros de muchas viviendas para inspeccionar los patios y cuando estos preguntaban a los estudiantes, respondían que era un trabajo para la escuela... al respecto los docentes nos decían que fue una “exageración de entusiasmo” que se provocó en los alumnos, ya que no veían con frecuencia tal interés de los chicos por su tarea. Diciembre 2015

Tejerina Fabricio,
Biólogo  DIRECTOR DE EPIDEMIOLOGÍA Y VIGILANCIA DE LA SALUD (2009-2015) SECRETARÍA DE CALIDAD DE VIDA MUNICIPALIDAD DE POSADAS

Emilio De Lima,
Estudiante Prof. en Biología  RESPONSABLE DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN INSTITUTO MUNICIPAL DE VIGILANCIA Y CONTROL DE VECTORES

Reflexiones ambientales Urbanas: 34 Del patio limpio a la Manzana Saludable - Un Cambio necesario.

Reflexiones ambientales Urbanas: 

34 Del patio limpio a la Manzana Saludable - Un Cambio necesario. 

El mensaje del “Patio Limpio” considera crucial el involucrar a cada individuo y a cada familia en la prevención del dengue. Esto se basa y surge como posible solución al impedimento del municipio para ingresar libremente a las propiedades privadas. Si bien es cierto, la realidad nos muestra con mucha claridad una dificultad que va más allá del compromiso individual. Un conjunto de familias puede tener sus propiedades libres de criaderos de mosquitos. Pero un solo predio localizado en la misma manzana puede contener una cantidad de criaderos como para producir suficientes mosquitos para poner en riesgo a todos los moradores y provocar un foco de transmisión local. Ejemplos de barrios de Buenos Aires que han experimentado focos de transmisión de dengue y demuestran con claridad el problema: en una manzana en Vicente López http://www.lanacion.com.ar/1875577-la-calle-del-dengue-en-vicente-lopez; en una manzana en Monte Castro http://15comunas.com.ar/?p=8718 http://www.canal9.com.ar/noticias-tl9/vecinos-en-alerta--otra-cuadra-del-dengue-17195; en una manzana en Villa Devoto https://www.youtube.com/watch?v=VaQ0HsjbSswy en una manzana en Floresta http://www.clarin.com/sociedad/Dengue-Floresta-denuncian-mosquitospropiedad_0_1537646400.html. Los sistemas de salud y ambiente suelen responder con el control vectorial recién una vez producidos los hechos (solemos calificarlo como “tarde”). Las fumigaciones en parques o plazas no sirven como medidas preventivas para una transmisión que se produce principalmente en los predios privados. Si bien hoy nos enfocamos en el problema de transmisión de dengue, las manzanas comparten otros problemas ambientales que pueden afectar la salud de los ciudadanos, y por esto podrían ser tomadas como unidad. Ejemplos de ello son los focos de proliferación de roedores, de murciélagos, de enjambres de abejas, de emisiones tóxicas, de ruido, etc. Los vecinos que compartimos las manzanas no tenemos un mecanismo formal para abordar epidemiológicamente estos problemas (y ganar conciencia de que formamos parte del mismo ambiente). Las manzanas deberían constituir una especie deconsorcio ambiental (similar al de los consorcios de propietarios de un edificio) donde los vecinos puedan intercambiar sus preocupaciones y acordar solucionesa las problemáticas comunes de sus manzana y en caso de conflicto, si fuera necesario, debería ser frente a un organismo gubernamental que cumpla el rol de mediador. Es recomendable la participación de personal formado desde las ciencias sociales para abordar el tejido social y personal formado desde las ciencias biológicas para evaluar los aspectos de la adaptación a los domicilios por parte de las plagas urbanas (proceso de domiciliación). Los Municipios cuentan con delegaciones municipales,o centros comunitarios, que podrían llevar a cabo el rol de mediador y además contar de antemano con la información ambiental de riesgo epidemiológico (agrupado por manzana) como para gestionar las medidas preventivas necesarias para cada caso en particular. La ciudad de Buenos Aires está organizada en Centros de Gestión y Participación o Comunas.Mientras esto no suceda, los ciudadanos tendremos que pensar con buena voluntad en cómo acercarnos solidariamente entre vecinos para resolver los problemas ambientales comunes y asegurar “Manzanas saludables”. En conclusión, para lograr éxito con las medidas de prevención es necesario constituir o reconstituir el tejido social.

Nicolás Schweigmann: Grupo de Estudio de Mosquitos,  EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET
 Marina Stein: Área de Entomología, Instituto de Medicina Regional-UNNE - Resistencia-Chaco
Leonardo Horacio Walantus: Proyecto "Vigilancia Epidemiológica, Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario”.   Centro de Investigaciones Entomológicas Parque Tecnológico Misiones
Gustavo C. Rossi: Centro de Estudios de Parásitos y Vectores, CCT La Plata-CONICET-UNLP
Hernan Solari: Depto. Física, FCEN-UBA,  IFIBA-CONICET
Raquel M. Gleiser: Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV  CONICET-UNC – Córdoba
Iris Alem: Grupo de Estudio de Mosquitos,  EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET
Corina Berón: Inst. de Inv. en Biodiversidad y Biotecnología, INBIOTEC - CONICET - Mar del Plata
Nora Burroni:  Lab. De Estudio de la Biología de Insectos,  CICyTTP-CONICET-Diamante Entre Ríos

Reflexiones Ambientales Urbanas: 33 Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 2

Reflexiones Ambientales Urbanas: 

33 Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 2 

Segunda parte del video de excelente calidad académica (ver Parte 1). Está pensado para zonas tropicales y subtropicales. Consideramos también que el contenido es de gran utilidad para los que vivimos en las zonas templadas del cono Sur de América. Es por ello que nos permitimos aportar algunas aclaraciones para el docente que quiera mostrarlo en clase o que lo sugiera como tarea para el hogar y después genere un ámbito de discusión en clase. Con el buscador se encuentra como: Aedes aegypti y Aedes albopictus - Una amenaza en los trópicos - Parte 2: https://www.youtube.com/watch?v=OgYTTn1oUjM Producido por SPTI - IOC/Fiocruz Corresponde al Instituto de excelencia de Brasil, Instituto Oswaldo Cruz/ Fiocruz –Brasil El inicio de esta segunda parte comienza con el final de la primera y luego muestra ejemplos de posibles criaderos, incluyendo los artificiales y los naturales. 1:22- Excelente y minuciosa explicación acerca de la puesta de huevos (ovipostura) sobre la paredes de un recipiente (natural) a milímetros por arriba del agua. Esto es controlado por sensores de humedad en el extremo posterior del abdomen. 2:15- El ovocito pasa a la bolsa copulatoria mientras los espermatozoides permanecen guardados en la espermateca (mostrada en la parte 1). La fecundación ocurre cuando el espermatozoide sale de la espermateca, penetra por un poro (micropila) para fecundar el ovocito. 2:50- La puesta de pocos huevos en cada recipiente es una clave o cuestión adaptativa que complica la prevención. Si eliminamos “casi” todos los recipientes es muy probable que se forme un criadero en el que no tuvimos en cuenta. 3:23- Algunos huevos se encuentran ya eclosionados. 4:44- Las larvas comienzan a “eclodir o ecludir” (traducir a eclosionar). 4:55- Observar que cuando eclosionan, las larvas rompen con su cabeza (tiene una estructura con forma de cono para ello) el extremo del huevo a modo de capuchón (opérculo). 5:27- Cuando dicen piel se refieren al exoesqueleto típico de todos los insectos. 5:33- Lo que llaman Fases nosotros lo llamamos estadios larvales 1, 2 ,3, o 4. 6:02- Observen que la parte oscurecida del sifón es más completa (llega más abajo) en la larva de la derecha que en la izquierda. Esto sirve para diferenciar los estadios larvales (1 a 4). 6:22- Si nos acercamos con una linterna a un criadero de Aedes aegypti en condiciones naturales y de noche, las larvas se mueven de la misma forma que en el video para esconderse en el sedimento del fondo. Lo mismo sucede cuando perciben vibraciones (pasos o pequeños golpes en la pared del recipiente). 7:51- La humedad del ambiente influye sobre la longevidad o período de vida. 8:06- Como muestran, los tanques de agua que se usan como reserva hay que taparlos, pero también tapar cualquier orificio más grande que un mosquito (a veces se deja la perforación diseñada para la entrada de agua sin ocluir). 8:36- Observar las cubiertas sobre el techo: si están a la sombra son excelentes criaderos, si permanecen al sol no dejan de ser criaderos, todo dependerá del clima, a mayor cantidad de lluvias mayor probabilidad de sobrevida de las larvas.

María Victoria Micieli
CEPAVE. Centro de Estudios de Parásitos y de Vectores, CCT La Plata-CONICET- UNLP

Gustavo C. Rossi
CEPAVE. Centro de Estudios de Parásitos y Vectores, CCT La Plata-CONICET- UNLP

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos  EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Reflexiones Ambientales Urbanas: 32 Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 1

Reflexiones Ambientales Urbanas: 

32 Los mosquitos en el aprendizaje: Un video muy completo sobre Aedes aegypti y Aedes albopictus para usar en el aula: Parte 1 

Este video es de excelente calidad académica, está pensado para zonas tropicales y subtropicales. Creemos que lo que se muestra es de gran utilidad también para los que vivimos en las zonas templadas del cono Sur de América. Es por ello que nos permitimos aportar algunas aclaraciones para el docente que quiera mostrarlo en clase o que lo sugiera como tarea para el hogar y después genere un ámbito de discusión en clase.

Con el buscador se encuentra como: Aedes aegypti y Aedes albopictus - Una amenaza en el trópicos - PARTE 1.

En Youtube como https://www.youtube.com/watch?v=nVnqoCoKGB8 Producido por SPTI - IOC/Fiocruz

Corresponde al Instituto de excelencia de Brasil, Instituto Oswaldo Cruz/ Fiocruz –Brasil El paisaje inicial nos muestra ambientes arbolados donde hay variedad de frutos y flores 0:24- que son el alimento para todas las especies de mosquitos, incluidas las dos que se muestran aquí. 0:30- presentan a las dos especies Aedes aegypti ya conocida por nosotros y a la otra Aedes albopictus que también fue hallada en la provincia de Misiones, Argentina. Las dos son muy parecidas, pero se distinguen fácilmente por las escamas blancas con forma de la lira o por la línea longitudinal. Ambas especies suelen transmitir diversos virus, como se describe en el video. 0:55- se habla del probable origen y cómo fueron dispersados pasivamente por el mundo. Un criterio muy importante para comprender porque aparecen estas enfermedades en distintos lugares: “el concepto de globalización reciente”. Si bien afecta a las zonas tropicales y subtropicales, en la actualidad el problema llega también a las zonas templadas. En el mapa se puede ver como la distribución del mosquito llega más al sur del trópico de capricornio (aunque hay que aclarar que para la Argentina la distribución es mayor, ese mapa no es muy preciso. Por ejemplo en 2009 hubo epidemia en la provincia de Catamarca.1:25- origen de Aedes aegypti, excelente como lo muestran. 1:55- remarcar que el problema es en áreas de ocupación urbana desordenada.2:05- Aedes albopictus tiene un origen muy distinto y ocupa además de las zonas urbanizadas, los ambientes rurales y semisilvestres.2:37- Aedes albopictus fue detectado en la década de los ´80 en mercadería (cubiertas usadas) provenientes de Asia tanto en EEUU y en Rio de Janeiro y Minas Gerais (Brasil). En 1998 dos grupos de investigación hallan a esta especie en la provincia de Misiones (Argentina). En 2014 se realizó una recorrida por las gomerías de las provincias de Corrientes y Misiones. Solo se halló en el norte de la provincia de Misiones, tanto del lado del rio Paraná como del lado del río Uruguay. 3:23- Es importante remarcar que si bien Aedes albopictus es transmisor de dengue en Asia y Oceanía, hasta el presente no hay evidencias de que transmita este virus en América, pero los grupos que investigan están alertas sobre la posibilidad de transmitir este u otros virus. 4:02- consideramos que la prevención o el ordenamiento ambiental son conceptos más apropiados que el que se usa en el video (combatir) y para ello es importante conocerlos (4:06): como son la morfología, los hábitos (comportamiento), como se reproducen (para que podamos hacer control de natalidad) y el ambiente donde viven. 4:22- las explicaciones de los detalles morfológicos son excelentes. Si alguien llegara a encontrar ejemplares de Aedes albopictus en Argentina, les agradeceremos que nos avisen ya que se está monitoreando su distribución geográfica en Argentina. 6:50- los laboratorios de investigación que tienen insectarios suelen darles frutas para alimentarlos. Como es imposible eliminar el alimento de las zonas urbanas (plantas con flores y frutos), la mejor opción es impedir la presencia de criaderos.7:54- El mismo razonamiento deberíamos usar para las fuentes de sangre, es imposible eliminar a los humanos y las mascotas de las zonas urbanas. 8:23- el almacenamiento de espermatozoides en las espermatecas es la que permite que la hembra copule una sola vez en la vida y ponga huevos varias veces. 9:30- se observa la emisión de saliva (esas sustancias a veces nos anestesian y/o nos producen picazón). 10:14- la cantidad de sangre que deben ingerir debe ser completa (decimos “a repleción”) para que se estimulen los mecanismos de puesta de huevos.10:25 – Con tanto líquido en el cuerpo las hembras quedan dificultadas para volar, por lo que la digestión implica eliminación de agua.

 Gustavo C. Rossi
CEPAVE Centro de Estudios de Parásitos y Vectores,
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

María Victoria Micieli,
CEPAVE Centro de Estudios de Parásitos y Vectores,
CCT La Plata-CONICET- UNLP

Reflexión Ambiental Urbana: 31 Los murciélagos no previenen el dengue.

Reflexión Ambiental Urbana: 

31 Los murciélagos no previenen el dengue. 

Según la nota emitida por Ambito.com titulada “Murciélagos, ¿la solución para combatir el mosquito del dengue?” comunicada en http://www.ambito.com/noticia.asp?id=830068 (sábado 5 de marzo de 2016) Menciona un reportaje realizado al presidente del Programa de Conservación de Murciélagos del Uruguay. Los murciélagos insectívoros son parte del ecosistema donde vivimos y su presencia es saludable para el ambiente en el marco del entorno urbano. Porque estos “mamíferos suelen tener actividad nocturna”, en pleno vuelo e ingirieren todo tipo de insectos voladores. Entre su dieta se encuentran los “mosquitos de actividad nocturna”. Por otra parte, Aedes aegypti tiene principalmente actividad diurna y sólo por una cuestión de lógica básica podemos darnos cuenta que hay una barrera horaria de actividades entre ambas especies. Por esta, razón los murciélagos no pueden controlar al mosquito Aedes aegypti. El mosquito Aedes aegypti se encuentra con más frecuencia en los domicilios. Los murciélagos a veces suelen encontrarse en los domicilios, por ejemplo descansando durante el día, en el interior de los taparrollos de las persianas de muchos edificios urbanos. Esto ocurre porque las persianas que no son selladas correctamente dejan una abertura exterior que permite la entrada de estos pequeños mamíferos. A veces, los murciélagos ingresan a la habitación y provocan angustia de los moradores y sensación de inseguridad. Representan peligro si llegan a morder al capturarlos o cuando una mascota los molesta. Esta es una de las razones por las que los animales deben ser vacunados contra el virus de la rabia. Además la convivencia estrecha con los murciélagos puede generar acumulación indeseada de sus excretas en el domicilio o trabajo, favoreciendo a la proliferación de un hongo que puede producir Histoplasmosis y afectar las vías respiratorias del hombre. Por lo anteriormente expuesto, y también por lógica básica, no es conveniente permitir la proliferación de murciélagos en el domicilio. No es necesario combatir, en los combates perdemos todos. En todo caso nuestro desconocimiento (ignorancia) es lo que favorece los desequilibrios ambientales que dan oportunidades a la entrada de patógenos en el ambiente urbano. Si “combatimos” a los murciélagos tendremos más insectos molestando durante las noches. Si “combatimos” al mosquito Aedes aegypti en los lugares donde está ausente (fumigando a mansalva los parques), provocaremos daños sobre los depredadores naturales que controlan a muchas especies de mosquitos. Por lo tanto a mediano y largo plazo habremos facilitado la llegada de nuevos problemas (otras plagas). No es saludable “combatir”. Es el conocimiento y el respeto por el ambiente que nos rodea lo que nos va a permitir hallar las soluciones sustentables que nos merecemos.

Olga Suarez
Grupo de Ecología de Roedores Urbanos, EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos EGE - IEGEBA, FCEyN-UBA CONICET

Gustavo C. Rossi
Centro de Estudios de Parásitos y Vectores,  CCT, La Plata-CONICET-UNLP

Raquel M. Gleiser
Ecología de Artrópodos   CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba

Reflexiones ambientales urbanas: 30 ¿Yo, Señor? ¡No, Señor!... Pues entonces, ¿a quién le corresponde?

Reflexiones ambientales urbanas: 

30 ¿Yo, Señor? ¡No, Señor!... Pues entonces, ¿a quién le corresponde? 

Quienes trabajamos investigando a los mosquitos domiciliarios (es decir, aquellos que puedan cumplir todo su ciclo de vida en ellas), especialmente aquellos que transmiten enfermedades como el dengue, entramos innumerables veces a las viviendas en busca de criaderos de estos insectos, a buscarlos en sitios de reposo y/o colocar trampas, o realizar encuestas con diferentes objetivos. En esos momentos frecuentemente se generan charlas amenas con la gente, uno puede recoger ideas, sensaciones, a veces quejas, a veces preguntas; aunque uno finalmente atesora las palabras de apoyo, de aliento, de agradecimiento, de felicitaciones que reconfortan. Pero claro, nos suelen preocupar más las dificultades, aquello que necesita mayor dedicación y empeño. Ejemplos de esto resultan los comentarios de los moradores de viviendas de los barrios de medianos y de altos recursos: “Nosotros no tenemos nada de criaderos”, “¿Por qué buscas acá? Debés ir a barrios pobres, a las villas, a los asentamientos”. En estos casos se le adjudica la responsabilidad del problema a un determinado grupo social, estigmatizándolo, y libera a otros. Otros comentarios –no menos preocupantes- responsabilizaban a las autoridades estatales sobre los criaderos de Aedes aegypti, señalando lugares externos a sus hogares, de uso comunitario: “Acá en mi casa, no; vayan a la fuente de la plaza”, “Ustedes deben revisar en el basural”, “No es en nuestras casas que deben buscar para eliminar, sino en los baldíos”, “[el problema] son todos esos charcos”, “Son los bañados de allá, que están llenos de basura”, etc. En estos ejemplos la responsabilidad se ubica totalmente hacia entes gubernamentales, y no se advierte que son sus propias viviendas pueden estar los criaderos, más cerca de lo que ellos creen. Y otros comentarios, involucran la idea de limpieza, por ejemplo, “en nuestra casa no vas a encontrar nada, tenemos todo muy limpio”. A veces las personas endilgan los criaderos a quienes tienen más cerca, como a los vecinos de al lado o de otra parte de la manzana. Incluso al encontrar varios criaderos en sus casas insisten en que eso viene de la casa de al lado. Todas estas actitudes tienen en común que reflejan posicionamientos que evaden la propia responsabilidad y la transfieren a los otros, ubicando a los generadores del problema del Dengue fuera de sus hogares. Todo esto, además de no contribuir de ningún modo a mejorar la situación, resulta altamente riesgoso, dado que se puede ignorar el criadero más cercano al entrevistado. Así pues, estos comentarios reflejan pensamientos y concepciones que forman parte de representaciones mentales las que constituyen barreras a la lucha contra la transmisión de enfermedades como ésta. Los ciudadanos y las ciudadanas deben comprender que es imprescindible la participación de toda la población a través –entre otras medidas- del cuidado del hogar, dado que en cualquier domicilio pueden existir recipientes que al acumular agua se convierten en potenciales criaderos de estos mosquitos. Y esta situación es independiente del poder adquisitivo de sus moradores. Hermosas y costosas casas, muy limpias, ordenadas, espaciosas y con ambientes parquizados pueden tener criaderos de este mosquito, al igual que otras de medianos o bajos recursos, con distinto grado de orden ambiental. Con frecuencia suele encontrárselos también tanto en las viviendas más humildes y pequeñas (generalmente insertas en grandes ciudades) como en otras con más espacio donde se acumulan objetos (por su valor comercializable), o viviendas con jardines a fondo, donde ocurren descuidos de algunos recipientes, aunque el resto esté muy prolijo y limpio. Así, la experiencia nos demuestra que podemos encontrarlo en casas de todos los tamaños y densidades de vegetación. Puede haber algunas preferencias de este mosquito por algunas características, pero su presencia se registra en los diversos tipos de edificación y de barrio. La epidemia suele iniciarse en zonas urbanas; luego, su propagación depende –entre otros factores- de la abundancia del mosquito y de la densidad de personas, situación que no excluye ninguna clase social, grupo de viviendas, ni atributo personal. Uno no contribuye efectivamente a mejorar este panorama mediante la realización de actividades de control de criaderos –potenciales o reales- si no se considera responsable de su entorno inmediato. Tampoco lo remedia depositar la plena responsabilidad en entes gubernamentales, aunque es innegable que tienen responsabilidad para este control. El mosquito Aedes aegypti cría en recipientes u objetos que funcionan como tales tanto en nuestros hogares como también en otros sitios públicos de competencia del Estado (como las acumulaciones de autos para desarme, los cementerios, o algún sitio donde se acumulen algún tipo de recipiente a la intemperie). Diversas disciplinas pueden aportar importantes conocimientos para contribuir con este objetivo, así como también puede hacerlo la gente a partir de sus experiencias cotidianas. Saber que es responsabilidad de todos es el primer paso. Asumirla es el segundo. La educación formal resulta clave. Muchos docentes enseñan acerca de cómo evitar los criaderos de mosquitos en las casas, y otros aspectos de los mosquitos, como el ciclo de vida, su papel en los ecosistemas, etc., pero otros docentes no priorizan el trabajan de este tema por diversos motivos (que también sería una barrera). La educación no formal es también un pilar importante, es decir aquella que ocurre fuera de las escuelas, y su aporte puede ser realmente significativo. Tomar en serio esta causa y transmitir lo que sabemos a quienes nos rodean resulta asimismo una contribución fundamental para propagar la información necesaria y crear consciencia de la responsabilidad compartida. Creemos que –a pesar de los obstáculos- estamos bien encaminados y contamos con nuevas visiones, más globales y abarcativas, que nos permiten pensar en un futuro más promisorio en este campo. Sin embargo, resulta claro que queda aún mucho por hacer y que se requiere el compromiso de todos. Aún estamos lejos de mejorar el actual panorama, pero debemos continuar procurando su superación.

Nora E. Burroni
Grupo de Estudio de Mosquitos. EGE-IEGEBA, FCEyN-UBA –CONICET


Lic. Marcela Laura Peresan
Grupo de Epistemología, Historia  y Didáctica de las Ciencias Naturales, CeFIEC- FCEyN, UBA

Reflexiones Ambientales Urbanas: 29 Aedes aegypti y la tercera edad

Reflexiones Ambientales Urbanas:

 29 Aedes aegypti y la tercera edad 


En muchas grandes ciudades de la Argentina, y en particular en la Ciudad de Buenos Aires, se verifica que año tras año la población de más de 65 años de edad aumenta. Este dato se comprueba en la CABA desde el censo de 1960 en adelante, cuando esta población casi se duplicó, pasando de representar un 9,3 % del total a un 17,2 % actual. Además, el envejecimiento poblacional se ha visto complementado en los últimos censos con un marcado incremento de los mayores de 80 años, que de menos del 1,5 % en 1960 actualmente representan el 5 % de la población de la CABA. Muchas de las personas muy mayores viven en soledad, en viviendas que ya no pueden mantener ordenadas con sus propias fuerzas. Este grupo constituye un sector vulnerable de la sociedad. Las estructuras edilicias que se dañan ya no las pueden arreglar. Desde la casita más humilde, donde acumulan agua en barriles o tambores de 200 litros como única fuente de agua y que no pueden volcarlos para limpiarlos, hasta las viviendas residenciales con parque o jardín cuyo mantenimiento les resulta imposible hacerlo en forma personal, y dependen de poder contratar personal auxiliar o de la ayuda de sus familiares para concretarlo. En algunos casos, y por hábitos y costumbres, suelen acumular agua de lluvia que cae desde el tejado en baldes que ya no pueden levantar. En otros casos, quizás tienen una cisterna pluvial -ubicada bajo nivelque ya no revisan. Pueden tener alguna canaleta del techo tapada de hojas, a la que ya no pueden acceder para mantenerla limpia. Suelen tener infinidad de plantas enraizando, puestas en recipientes con agua, que no suelen renovar con la frecuencia indispensable. Todos estos ejemplos ofrecen condiciones para la acumulación de agua y que pueden transformarse en criaderos de mosquitos, especialmente Aedes aegypti, el vector de la fiebre amarilla urbana, el dengue, el chikungunya y el zika, transformándose en potenciales riesgos sanitarios propios y para el resto de la comunidad. Algunos barrios dan testimonio de esto, mostrando índices altos de infestación de vivienda y de presencia de criaderos, en zonas urbanas con casas medianas a grandes habitadas por personas mayores. Existen familiares que suelen visitar habitualmente a sus mayores y podrían ayudar a detectar estos potenciales sitios de cría y multiplicación de mosquitos, y proceder a su eliminación. En otros casos, cuando los adultos mayores no tienen familiares, existen grupos solidarios de vecinos, de ONG´s, de centros de jubilados o de distintas religiones, que suelen visitarlos para entregarles un tiempo de cariño y compañía. En estos casos, también sería recomendable que tomen en cuenta este tipo de problemas que suele darse en las temporadas cálidas del año. También debemos considerar que las personas de la tercera edad tienen lo suyo para aportar a la solución del problema: suelen tener más tiempo libre, ganas de colaborar y mucha experiencia. Por lo tanto tenerlos en cuenta a la hora, por ejemplo, de cuidar a la familia con sus consejos, o ser difusores de la temática (muchos de ellos utilizan tanto las computadoras como los celulares para estar en contacto con sus allegados). Es indispensable sumarlos, hacerlos activos partícipes de su bienestar y de la comunidad, en este como en todos los temas ellos tienen mucho que aportar. Seguramente nos sorprenderán desde sus conocimientos y experiencia. Démosles el protagonismo que merecen. Ellos forjaron nuestro futuro. A nosotros nos toca forjar el de los que nos suceden. Nuestros mayores merecen todo el respeto y solidaridad para vivir dignamente y estar protegidos ambientalmente ante la posibilidad de enfermar por alguno de estos virus.


Edgardo R. Marcos,
Veterinaria en Salud Pública; Facultad de Ciencias Veterinarias

Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos , UBA. EGE-IEGEBA, FCEyN -UBA CONICET

Leonardo Horacio Walantus
Proyecto "Vigilancia Epidemiológica. Seguimiento de Criaderos de Mosquitos de Interés Sanitario
 Centro de Investigaciones Entomológicas Parque Tecnológico Misiones

Raquel M. Gleiser
 Ecología de Artrópodos  CREAN-IMBIV CONICET-UNC – Córdoba

sábado, 5 de marzo de 2016

Reflexiones Ambientales Urbanas: 27 “Tecnología de punta” en un sensor de presencia de Aedes aegypti.

Reflexiones Ambientales Urbanas:

27 “Tecnología de punta” en un sensor de presencia de Aedes aegypti.

Tecnología es una palabra que deriva del griego, compuesto por los vocablos tekne (“arte”, “técnica”, "saber hacer")
y logos (“conjunto de saberes”). La noción supone la puesta en práctica del conocimiento, no necesariamente
científico, para satisfacer las necesidades humanas. La tecnología de punta hace referencia a toda tecnología con
desarrollo de avanzada suponiendo un adelanto innovador respecto a los productos ya existentes.
En la historia conocida se han desarrollado varios dispositivos para detectar la presencia de
Aedes aegypti. Durante unos años se emplearon “larvitrampas”, cubiertas cortadas como
medialuna, con agua para favorecer la presencia de larvas de mosquitos que se revisaban
una vez por semana. Con el tiempo se demostró que eran peligrosas si no eran revisadas
correctamente a tiempo. Surgió una alternativa biológicamente distinta, algo más segura y
muy sensible para detectar la actividad del mosquito (complementario con las encuesta
larvarias), pero que tiene la ventaja de ser rápida y económica. El mecanismo no presenta
sofisticación porque técnicamente no es complejo. La ciencia no se vale de lo sofisticado,
puesto que en general lo sofisticado se entiende por algo falto de naturalidad, afectadamente
refinado. Quienes lo inventaron la llamaron “ovitrampa” (Fay y Eliason, 1966) y están mucho
más ligadas al “saber” que las más sofisticadas tecnologías. El nombre es discutible en el
sentido que puede ser interpretada como una herramienta para cazar mosquitos. En realidad,
funciona como sensor de actividad de ovipostura de las hembras (análogo de un sensor de
pérdida de gas). La sensibilidad de detección es increíble y constituye una herramienta ideal
para generar un verdadero “alerta temprana”. Como se sabe que esta especie de mosquito no se dispersa por
distancias de más allá de una manzana, nos avisa cuando hay un criadero cercano al lugar. Si no respondemos
adecuadamente, habrá mayor riesgo de transmisión (parecido a un incendio generado por escape de gas). Así de
simple. Hoy, en medio de la epidemia de 2016, si pusiésemos a este “sensor de actividad” en cada manzana, en la
mayoría se detectaría presencia del mosquito (como si todos los caños de las manzanas de la ciudad estuvieran
perdiendo gas). Creemos que la conclusión es sencilla y no es necesario explicarla. Veamos en qué consiste este
dispositivo que tiene tecnología de punta. No necesita de chips electrónicos, no requiere de genes modificados, no
usa nanotecnología ni sistemas sofisticados. Se basa en la inteligencia humana que aprovecha los conocimientos
existentes sobre el comportamiento del ser vivo que quiere evaluar. Como Aedes aegypti utiliza recipientes, el sensor
es un recipiente (originalmente un frasco de mermelada vacio y bien limpio). Como las hembras de Aedes aegypti
buscan recipientes en lugares oscuros y les gustan los contrastes pintamos al frasco con pintura negra para
pizarrones por afuera y le pegamos una etiqueta de papel blanco. Además colocamos al frasco entre la vegetación de
un cantero (a la sombra). Como a Aedes aegypti le gusta el olor a agua con microorganismos, agregamos agua hasta
un cuarto a un tercio del volumen del interior del frasco. Como Aedes aegypti suele posarse en las paredes de los
recipientes y pone los huevos pocos milímetros por encima del borde de agua, y además como nuestro sensor es de
vidrio bien limpio, le ofrecemos una superficie más cómoda para posarse, más rugosa que el vidrio, para que ponga
sus huevos ahí. Para esto, nosotros usamos un bajalengua agarrado al borde del frasco con un clip grande, pero
puede ser cualquier otro material más rugoso que el vidrio y que no se deshaga con el agua, como un palito de
helado, un trozo de tela de algodón. Para que este sistema funcione bien, el vidrio debe estar bien limpio por dentro.
Todas las semanas sacamos el bajalengua, cambiamos el agua, limpiando previamente y con mucho esmero el
frasco de vidrio usando un cepillo para mamaderas. Los bajalenguas los llevamos al laboratorio en algo que mantenga humedad (como pueden ser bolsitas de celofán y los observamos con una lupa. Los huevos de Aedes aegypti son característicos y muy fáciles de distinguir (Foto de izquierda
sacada al sol con celular). Quienes tienen buena visión pueden verlos a simple vista, al sol son bien negros y con aspecto de diminutos granos de arroz de medio a un milímetro de largo. Este dispositivo se puede poner en los centros, o en extremos de un predio (manzana, escuela, hospital, edificios públicos, etc.) y de esa forma detectar si el mosquito está presente (solo en temporada cálida).En caso de detectarlo, habría que diseñar alguna estrategia solidaria con los vecinos para lograr manzanas ambientalmente seguras y saludables. Nos ponemos a disposición de quien lo necesite (educadores o personas que quieran replicarlo) para asesorarlos a distancia para que puedan llevar al aula esta u otras experiencias educativas que se enviarán en los próximos días. Más información en https://dengueinfoar.wordpress.com/







Nicolás Schweigmann
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA, FCEyN -UBA CONICET

Hernán G Solari
 Dinámica de sistemas complejos
 Física-FCEN-UBA e IFIBA-CONICET

Gustavo C. Rossi
Centro de Estudios de Parásitos y Vectores
CCT La Plata-CONICET-UNLP

Raquel M. Gleiser
Ecología de Artrópodos CREAN-IMBIV
 CONICET-UNC – Córdoba

viernes, 4 de marzo de 2016

Reflexiones Ambientales Urbanas: 26- Aedes aegypti, algunas preguntas y el derecho al agua

Reflexiones Ambientales Urbanas:

26- Aedes aegypti, algunas preguntas y el derecho al agua

Esta historia retrata la experiencia de algunos investigadores que comenzamos a trabajar en una
ciudad del norte de Argentina con el objetivo de buscar maneras de prevenir el dengue. Al
comenzar nuestra indagación, lo primero que nos preguntamos fue: ¿dónde se encontrará el
mosquito en esta localidad? ¿Dónde se criarán principalmente sus larvas y pupas? Si nos
guiamos por la mayoría de las informaciones que recibimos de los medios de comunicación, la
respuesta quizás parezca obvia y nos surja casi automáticamente: los cacharros. Sin embargo, eso
no fue lo que encontramos.
De acuerdo a nuestros estudios, en esa ciudad la gran mayoría de los mosquitos se criaban en
tanques grandes, recipientes de alrededor de 500 litros, donde la gente juntaba agua. La segunda
pregunta que nos hicimos entonces fue: ¿por qué ocurre esto? Más allá de explicaciones
biológicas que atañen a la respuesta, que indican que esos tanques pueden ser un excelente
ambiente para la reproducción del mosquito, consideramos que la razón principal se relacionaba
con un problema social, político y estructural: las dificultades para el acceso al agua. En esa
localidad el servicio de agua de red estaba colapsado, con frecuentes cortes y muy baja presión en
muchos momentos, por lo que las personas adoptaron la costumbre de juntar agua en sus tanques
para luego consumirla. Cabe remarcar que este tipo de situaciones son muy frecuentes en zonas
urbanizadas del continente y en estudios realizados en otras ciudades, se han encontrado
resultados similares.
Creemos entonces que, además de las preguntas anteriores debemos formularnos las siguientes:
¿qué podemos hacer para transformar esta situación? ¿Qué habría que hacer para que esos
recipientes ya no sirvan de criaderos para el mosquito?
En una reflexión anterior se dijo que la mejor medida de prevención existente es eliminar el agua
acumulada en los domicilios. Estamos de acuerdo con esta idea pero, ¿cómo podría hacerse eso
en esta situación? En principio, no sería una posibilidad eliminar esos recipientes, dado que la
gente los usa para vivir. El asunto en este caso nos parece que va mucho más allá del dengue: el
acceso al agua es un derecho, el agua es un bien necesario para la vida de todos/as.
Por lo tanto, la mejor solución en este caso sería buscar la manera de garantizar el cumplimiento
de ese derecho. Esta solución no debería ni podría llegar a partir del trabajo de algunos
investigadores foráneos (como lo éramos nosotros) a la zona. Si el gobierno del lugar no da
respuestas, consideramos que la solución sería que los habitantes del lugar se organizaran y
reclamaran. A su vez, desde nuestro punto de vista, una comunidad organizada podría participar
de forma mucho más activa y potente en soluciones a problemáticas como esta, por ejemplo
pensando y llevando a la práctica otras acciones para la detección y eliminación de criaderos en
cada barrio. Pero eso ya podría ser parte de otra reflexión…
La salud, la política (en sus diferentes acepciones), la cultura, la economía, los derechos, las
responsabilidades de cada uno/a y de cada grupo social se entrecruzan en forma compleja y se
afectan mutuamente. Problemáticas como el dengue muchas veces van mucho más allá de lo que
inicialmente uno puede imaginar y pueden encontrar relación con procesos profundos del sistema
mundo en el que vivimos.


Fernando Garelli
Grupo de Didáctica de las Ciencias,
IFLYSIB / CONICET La Plata

Reflexiones ambientales urbanas: 25- Aedes aegypti y grandes espacios verdes: ¿¿¿¡¡¡Fumigar la Reserva!!!???

Reflexiones ambientales urbanas:

25- Aedes aegypti y grandes espacios verdes: ¿¿¿¡¡¡Fumigar la Reserva!!!???


Desde la última epidemia de dengue (2009) en Argentina, hablamos de gran epidemia, no sólo por el
número de casos, sino tal vez porque tocó las puertas en la ciudad de Buenos Aires, con 7 casos
autóctonos confirmados por el Servicio de Zoonosis del Hospital Francisco J. Muñiz. Desde ese
entonces la población ha quedado con una memoria emotiva sobre la presencia latente del virus y la
enfermedad (y de la posibilidad ocurrencia de un brote epidémico). Es decir, que ya no era una cosa
de libros de historia. Lamentablemente, no ha ocurrido lo mismo con unos de los factores o
componentes importantes del problema: el mosquito Aedes aegypti. Tal vez, por la desinformación o el
mal uso de la información no quedó en la memoria lo relacionado a los hábitos y a los conocimientos
necesarios sobre la biología de esta especie.
Tres años más tarde de ese brote epidémico de dengue, en el partido de Morón, zona oeste del
conurbano bonaerense, se inauguró la Reserva Natural Urbana (junio de 2012). Un espacio verde
cedido por la Fuerza Aérea de Morón, que actualmente consta de unas 14 hectáreas. El paisaje se
encuentra conformado por pastizales, un bosque de especies exóticas y comunidades nativas, una
reserva de agua, senderos para transitar y un parque recreativo. Para los que gustan de la naturaleza,
nada más lindo que sentarse a tomar unos mates mientras baja el sol.
El año 2012 fue particularmente lluvioso en los meses de invierno, extendiéndose las precipitaciones
hacia la primavera. Esta característica climática suele favorecer la presencia de una especie de
mosquito característica de la región, que cría en charcos temporales de lluvia y en especial en
pastizales, se trata de Ochlerotatus albifasciatus o mosquito de inundación. Este mosquito tiene la
particularidad de estar adaptado a las bajas temperaturas, inclusive de invierno, y de allí que su
distribución se extiende hasta Tierra del Fuego. Por lo tanto, no era necesario que llegara el verano
para comenzar a sentir su presencia hacia fines del invierno y principios de la primavera.
La inauguración de la reserva coincidió con una temporada lluviosa y las picaduras muy molestas de
Ochlerotatus albifasciatus alertó tanto a los visitantes como a los vecinos de los barrios linderos. Esa
situación y probablemente la memoria emotiva sobre “mosquito = dengue”, confluyeron en un fuerte
reclamo de los vecinos a las autoridades municipales. Pero a diferencia de otras oportunidades, en vez
consentir la petición vecinal de “¡Hay que fumigar la reserva! ¡Prevengamos el dengue!”, las
autoridades de la reserva y del municipio actuaron con consciencia ambiental y nos consultaron sobre
que se podría hacer frente a esta problemática. La primera medida de nuestra parte fue informar casi
con certeza que los mosquitos que estaban molestando a la población no eran de la especie Aedes
aegypti. La segunda fue realizar muestreos de larvas y adultos durante la primavera-verano. Los
resultados demostraron una importante diversidad de especies con predominio de Ochlerotatus
albifasciatus, y una ausencia efectiva de Aedes aegypti. Por último, los fines de semana, cuando la
reserva recibía mayor concurrencia, se realizaron charlas informativas sobre dengue y sobre la
biología y ecología del vector.
Pese a la actual situación de transmisión de dengue, chikungunya y zika en la región, los vecinos no
han vuelto a pedir la fumigación de la reserva. Nos preguntamos si se trata de ¿Un avance en la
conciencia ambiental? ¿Más y mejor información? ¿O son resultado de lluvias escasas que afectan
negativamente las abundancias de Ochlerotatus albifasciatus?.¡Esperemos que sean las dos primeras!


Maximiliano J. Garzón
Grupo de Estudio de Mosquitos
EGE-IEGEBA,FCEyN-UBA CONICET