Reflexiones ambientales Urbanas:
35 Vectores de Enfermedades: Un problema y una oportunidad educativa.
No es una novedad que la escuela como ámbito de la educación formal tenga la capacidad de llegar a
grandes porciones de la sociedad, desde la acción multiplicadora de los estudiantes. Cuando se plantean
propósitos, objetivos y conceptos que se deben construir para la prevención de enfermedades transmitidas
por vectores, nos damos cuenta que pueden adecuarse a los contenidos de los diseños curriculares del
Ciclo Básico y Orientado del nivel medio de la Jurisdicción Misiones, en el área de Ciencias Naturales, con
capacidad de desarrollarse durante todo el año, propiciando la oportunidad de abordar contenidos
conceptuales y procedimentales.
Algunos ejemplos de contenidos conceptuales incluye: biología de invertebrados, ecología, epidemiologia,
Promoción de la Salud y la Educación Ambiental. Entre los contenidos Procedimentales se pueden
destacar diseño y elaboración de investigaciones de aspectos sociales y biológicos, trabajos
entomológicos demostrativos, planteo de hipótesis, sistematización y análisis de datos, como así también
el desarrollo de habilidades y actitudes que permitan a los estudiantes aprender a comunicar los
conocimientos científicos, adquirir lenguaje técnico-científico, comprometerse con la detección de
problemas locales y proyectar posibles soluciones, mediante estrategias innovadoras interdisciplinarias
capaz de ser integrada con las áreas de Ciencias Sociales, Matemáticas, Estadísticas, Educación para la
Salud, y talleres artísticos, que involucre el reconocimiento del entorno del sujeto potenciando el
aprendizaje significativo.
Como parte de nuestra experiencia, desde el equipo de educación del Instituto de Vigilancia y Control de
Vectores de la ciudad de Posadas fuimos acercándonos a las instituciones educativas, con la propuesta de
llevar al aula el tema de las enfermedades vectoriales, principalmente dengue y leishmaniasis visceral que
son las más importantes en nuestra ciudad, trabajados en la modalidad de charlas expositivas dialogadas
y talleres con observaciones de materiales biológicos.
A partir de estas y otras actividades, hemos percibido que el contacto con elementos ópticos y con
materiales biológicosy audiovisuales interactivos, generaba un mayor interés por la temática por parte de
los alumnos, docentes y directivos, haciendo las charlas más dinámicas y participativas y generando un
momento para relacionar lo observado con su entorno, en sus hogares y barrios. En estos momentos era
muy común que los alumnos, especialmente en la secundaria, nos refirieran a charlas en las que habían
participado anteriormente, que estaban centradas en la cuestión médica de la enfermedad, y que les
resultaban muy tediosas.
Desde estas experiencias iniciales y al observar las buenas repercusiones,nos propusimos trabajar la
problemática en el aula con un abordaje más amplio e incentivando la participación comunitaria en la
promoción de la salud. Se buscóno sólo trabajar los aspectos biológicos, sino también los aspectos
ambientales, sociales y culturales, con la estrategia de formar grupos de estudiantes que puedan
desarrollar intervenciones en su comunidad. Sin embargo, para lograr concretar esta tarea, era necesaria
una participación protagónica de los educadores. Si bien los docentes mostraron buena predisposición, a
la vez manifestaron la sobrecarga de actividades extracurriculares en la institución, falta de capacitación,
sueldos bajos y la situación de trabajar en varias escuelas, además de los reiterados paros que deben
realizar para reclamar sus derechos laborales. Entonces nos encontramos con una situación contradictoria
entre la buena voluntad de muchos docentes y la falta de recursos: tiempo y capacitación.
Entonces necesitábamos estimular positivamente a los docentes y que su esfuerzo tenga algún tipo de
compensación. Es así que apelamos a nuestra capacidad de gestión interinstitucional, generando un
convenio tripartito entre el Municipio, el Ministerio de Educación y el Consejo General de Educación; luego
diseñamos proyectos de capacitación docente con puntaje para su evaluación. Después de varios meses y
a raíz de la constante insistencia, los proyectos fueron avalados por el organismo. Sin embargo, para
contar con la presencia de los docentes en los talleres era necesario lograr una resolución del Consejo
para el no cómputo de las inasistencias de los educadores, lo que implicaba otro trámite extendido y
permanente seguimiento. Cabe destacar que lo de la insistencia no es una cuestión menor en las
instituciones del estado.
La convocatoria se realizó abiertamente por los medios de comunicación y a través de la red interorganizacional
que se conformó entre el municipio y las instituciones educativas. También se realizaron
reuniones en los establecimientos y se enviaron invitaciones formales.
El equipo municipal capacitador estaba conformado por docentes, médicos, biólogos, veterinarios y
antropólogos. En el diagnóstico se indagaron sobre las estrategias de enseñanzas que implementaban con
respecto al dengue y la leishmaniasis, lo que resultó preponderante es que todos los docentes que
abordaban el tema alguna vez lo hacían desde el análisis de folletería, o indagación en internet, sin tener
herramientas para filtrar la información.
En los encuentros se trabajaron las diferentes aristas de las problemáticas de las enfermedades
vectoriales, con objetivos de ampliar la visión de los educadores, incluyendo conceptos de ambiente,
salud, tenencia responsable de mascota y sus determinantes sociales.
Los cursos eran gratuitos y de modalidad semi-presencial, se realizaban talleres cada15 días, en el
periodo de abril a noviembre, y cada uno incluía trabajos domiciliarios que contaban con el apoyo
bibliográfico en la página web del instituto.
Los equipos docentes disponían de un tutor, y para la acreditación debían diseñar y ejecutar un proyecto
educativo junto a sus alumnos para abordar algunas de las problemáticas en su comunidad; se ha logrado
concretar decenas de producciones como obras de teatro, títeres, folletos, murales, salidas de campo,
trabajos con ovitrampas, grupos de trabajo para realizar capacitaciones a otras aulas, entre otras. Estas
experiencias fueron presentadas en las jornadas institucionales y de ferias de ciencias, algunos han
competido y recibido reconocimientos locales, provinciales, nacionales e internacionales, promoviendo la
continuidad de los proyectos desde cada institución, en algunos casos incorporados en el PEI.
El municipio cumplió el rol de capacitador, asesor técnico y de proveedor de los recursos necesarios para
el dictado de los cursos y el desarrollo de todos los proyectos escolares. Para detallar algunos ejemplos,
pintura y pinceles para murales, elementos para hacer ovitrampas, teatrillo y telas para títeres, elementos
de monitoreo de insectos, etc.
Una anécdota: En uno de los trabajos de la escuela N° 269, del barrio Miguel Lanús, los docentes
propusieron que cada alumno debía recorrer su patio y el de algún vecino de confianza acompañado por
un adulto para tomar muestras de larvas de mosquitos y debían anotar en una planilla los criaderos
efectivos y potenciales que encontraban, lo podían hacer solos o en grupos.
El lunes siguiente del fin de semana propuesto para la actividad, llegaron las quejas de algunos vecinos
por que los chicos saltaron los muros de muchas viviendas para inspeccionar los patios y cuando estos
preguntaban a los estudiantes, respondían que era un trabajo para la escuela... al respecto los docentes
nos decían que fue una “exageración de entusiasmo” que se provocó en los alumnos, ya que no veían con
frecuencia tal interés de los chicos por su tarea. Diciembre 2015
Tejerina Fabricio,
Biólogo DIRECTOR DE EPIDEMIOLOGÍA Y VIGILANCIA DE LA SALUD (2009-2015)
SECRETARÍA DE CALIDAD DE VIDA
MUNICIPALIDAD DE POSADAS
Emilio De Lima,
Estudiante Prof. en Biología RESPONSABLE DE EDUCACIÓN Y PROMOCIÓN
INSTITUTO MUNICIPAL DE VIGILANCIA Y CONTROL DE VECTORES
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